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jueves, 29 de julio de 2010

ALADELTISMO CHILENO 1986




1. IV Campeonato c-c Internacional.
2. Reunión de aladeltistas otoño ’86 en Bella Vista.
3. Tour a la playa Cachagua’86.
4. Carta de la ACHVL a la DGAC.
5. Festival navideño Batuco’86.
6. Nuevo record de distancia.
7. Mis reflexiones: 3. El ala delta.
8. Mis experiencias… continuación: 21. No estaba conforme. sigue...
9. Acta de la VI Asamblea G: O. de la ACHVL
10.Reglamento de la Asociación Chilena de Vuelo Libre


Abriendo la  ruta Rancagua: Con los contactos de Charlie, se consiguió permiso en la mina El Teniente, para subir al Cerro El Canelo (el de la antena), ello permitió a nuestros pilotos, desarrollar el vuelo a distancia o cross-country y así escomo se sucedieron los records.

IVº CAMPEONATO INTERNACIONAL CROSS COUNTRY ALAS DELTA'1986
Organizado por el Club Juan Salvador Gaviota, se realizó del 4 al 12 de enero de 1986, en el Paidahue de La Reina y en la Cuesta de Barriga.
Categoría A: Distancia libre
Categoría B: Vuelo contra el tiempo desde La Reina a Las Vizcachas y en días alternados, desde Cuesta Barriga hasta Curacaví.
Premios: al 1º US$ 500, copa y galvano.
Las actividades comenzaron el Viernes 3 con la inscripción, en el "Otto Schopp"
El Sábado volaron desde La Reina, los A: al Norte, hacia Los Andes y los B: Al Sur, hacia Las Vizcachas.
El Domingo: Ambas categorías en Cuesta de Barriga, Clase A: hasta Los Andes. Clase B: hasta Curacaví
En los días sucesivos, se alternó el mismo programa y la comida de despedida fue en la Hostería "Las Delicias" El Domingo 22.
El puntaje para la categoría A se confeccionó sobre los 4 mejores vuelos de cada piloto, a razón de dos por circuito.
Participaron

2. B. VISITA DE PASO DEL COMETA HALLEY
En el otoño del 86, los adadeltistas habitantes del cielo, no podíamos estar ajenos a tan grandioso acontecimiento y aunque no recuerdo haber visto nada del cometa, si recuerdo, que fuimos con nuestras familias al cerro La Gloria de
Apoquindo, convenientemente aperados de bebidas para los chicos y latas de cerveza para los grandes.
Otros, más afortunados fueron a La Serena, invitados por Patricio Fabres mediante una carta que nos envió desde Tongoy una poética carta que decía":
¿Quien no ha estado alguna vez en el campo de espaldas? Astros azules titilan a lo lejos, estrellas que parpadean, la Vía Láctea nos conmueve, con su misterio. Hoy más que nunca científicos y legos miran, como debieran mirar siempre, reconocer la Nebulosa del Cisne, las Tres Marías o la inquietante Osa Mayor.
Los Egipcios, Los Persas, Los Aztecas, Los Chinos, miraron también el cielo y se interesaron por las estrellas.
De vez en cuando el destino marca nuestras vidas, con tan sólo una oportunidad, un suceso solitario, tan único en su género, como nuestro propio nacimiento y ese acontecimiento puede resultar tan prodigioso e imponente como ninguna otra cosa. Ahora desde el silencioso difama de las estrellas, vamos a ser marcados por el destino de esa manera, todos a la vez...” etc.

3. D. REUNION DE ALADELTISTAS EN BELLA VISTA, OTOÑO '1986
Se realizó el sábado 17 de mayo, organizado por el Club de la Universidad de Santiago de Chile, en el centro artístico-cultural "Sidophon", ubicado en Capellán Abarzúa Nº 4 del Barrio de Bella Vista.
Cada club se preparó a mostrar algo de su inventiva, para entretener. Nosotros armamos con cartón y papel un cuadro en que se mostraba una cancha de despegue y en ese escenario comenzaban a llegar los personajes caracterizados como tales y con sus "mañas"(exageradas, por supuesto, para hacer reír). Así fue como llegó el que siempre lo hace primero: es un personaje que arma su impecable ala, la chequea, la limpia, coloca la veleta, etc. cuando está todo en orden se recuesta a esperar que llegue el viento. Luego aparece otro personaje, Vd. al baño (infaltable en los despegues). Es verdad, con la altura a uno se le afloja el vientre y las "mejores" cacas se las hecha encima de los cerros. Y así, hasta el último que llega a la carrera, arma su destartalada ala y despega al lote y... se saca la cresta.
Lo pasamos muy bien, en sana convivencia.
fOTO:1986. Huechuraba.Basilio con Atlas.


. TOUR A PLAYA CACHAGUA'1986 (Owens Valley)
Durante los días 18-19-20 y 21 de septiembre se desarrolló un interesante camping, con vuelos a discreción, en un hermoso paraje ubicado frente a la playa grande de Cachagua. El lugar estaba en medio de un bosque de pinos separado a unos 200 metros de la playa y entre los dos había una amplia explanada. Este lugar permitía armar las alas delta, despegar hacia la playa desde unos 80 metros, tomar altura, desplazarse a lo largo de la costa unos 2 Km. al Norte o al Sur hasta Playa de las Ágatas que era el punto más alto y desde allí incursionar hasta Laguna de Zapallar unos 3 Km. más al Sur con retorno y aterrizaje arriba, cerca de las carpas. Hubieron varios ultralivianos: Herber Klapp, Luis A. Valenzuela, Eduardo Bonet, José Schuarmann, Cristián Souvageot, (con taxi aéreo) quienes despegaban y aterrizaban en el lugar.
Por otra parte Patricio Fabres organizó un "Tour Litoral Central", el cual incluía traslado desde Santiago, inauguración oficial con presencia de Autoridades, cocktail, comida de recepción, fogón, discursos, canto, clases de música, gimnasia y otras diversas actividades para entretener durante esos cuatro días con vuelos a discreción y salidas a las localidades vecinas.
Fuimos con nuestras familias. Entre los pilotos de alas delta: Alejandro Frutos, Sergio Rivillos, Jaime Didier, Cristian Cid, Cristián y Jens Tanenn, Gero y Milo Timmermann, Jorge Bozzo.
Fue una buena convivencia y los fogones a la noche, inolvidables.

Lugar: Cachagua, cancha despegue. Germán Romero armando se Magic Kiss, junto a Cristian Cid y su HP II.

Lugar: Cachagua, Germán con el Kiss.


5. F. CARTA-INFORME DE LA ACHVL A LA D.G.A.C.
En Julio de 1986 en carta al Departamento de la Aviación deportiva de la D.G.A.C. La A.CH.V.L. representada por Marcial Mora Expuso ante su Jefe Dn. Sergio Barriga Kreff y demás Autoridades y concurrencia los sigte. puntos:
1. Facilidades para operar en aeródromos.
2. Estudiar nuestra operación en zonas aerocontroladas, y solicitar su excepción a la normativa general.
3. Se estudie la posibilidad de legislar en el sentido que un aterrizaje de un ala delta (no motorizado) en propiedades particulares, por necesidad o urgencia, no constituya un delito penal, sino sólo sujeto a responder por los daños civiles.

6. A. FESTIVAL NAVIDEÑO BATUCO'1986
El día jueves 25 de Diciembre de 1986, organizado por el Club JSG, se realizó en el Centro de Vuelos de Batuco, un festival dedicado a los niños (y mayores) de Batuco quienes siempre nos ven a la distancia, a un festival de vuelos en alas delta, con lanzamiento de regalos y golosinas desde el aire, con pequeños paracaídas que cada uno confeccionó en su casa. Los cuales, con su deliciosa carga, en su mayoría fueron llevados de vuelta al cerro por el fuerte viento, antes de llegar al suelo. Hubo una cantidad de niños desperdigados por el cerro en su busca. Además, se les repartieron abajo refrescos, refrigerios y galletas, mientras esperaban la triunfal bajada del mismo Viejo Pascuero (caracterizado) volando un ala delta.
Los demás clubes participaron, asimismo Bomberos y Defensa Civil, las Tías de los Colegios que pusieron orden y no faltó colaboración para el transporte de la gente hasta la cancha de aterrizaje.


7. NUEVO RECORD DISTANCIA
El 26 de Diciembre de 1986, los pilotos Mauricio Cottín y Félix Suzaeta del Club JSG, consiguen una nueva marca de 70 Km. desde Rancagua al Norte, superando la marca anterior de 67 Km. lograda por Augusto Olivares



despegando hacia María Pinto
Mauricio Cottín haciendo acrobacias
 Mauricio Cottin, detrás Charli y Aldo

Mauricio volando en Cachagua












MIS REFLEXIONES…
3. EL ALA DELTA
Es la más sencilla, estilizada, segura y hermosa de las naves aéreas. Se desliza por el aire, apartándolo sin violencia, sin ruido, de la forma más sutil, mediante su perfil aerodinámico que no perturba el medio, sino que se incorpora al natural movimiento del aire. A su baja velocidad (entre 30 y 50Km/hora), se suma la flexibilidad de sus alas, construidas con tubos de duro.-aluminio, de gran diámetro, alta resistencia y paredes delgadas. La liviana tela de dacrón es altamente antifricción. Está sumamente estirada y su forma aerodinámica sustentada con un mailard de fino plástico y delgadas costillas de duro-aluminio. Los tubos de antena y trapecio también tienen perfil de mínima resistencia al aire. Todo esto le da al conjunto, la máxima performance que pueda alcanzarse con una nave aérea de dimensiones tan reducidas (envergadura aprox. 10 metros) y bajo peso (entre 25 y 32 Kg.), su L/D es de 12 metros de avance por 1 de descenso.
Puede ser manipulada por un sólo hombre, su transporte dentro de la funda hace posible al aviador subiré al cerro con ella y su equipo al hombro, armarla, volar, aterrizar cerca de su auto o locomoción y volverse a su casa, completamente solo. No necesita herramientas, pues se arma y desarma con las propias manos.
Esta maravilla es también la más segura de las naves aviáticas: no se conoce de ningún accidente producido por fallas o defectos de fabricación. Las que hay en el mercado cumplen con las normas establecidas el manual del ala explica suficientemente que se puede hacer y advierte sobre lo que no se debe intentar hacer con el material de vuelo. Lógicamente no me refiero a las alas de fabricación casera ni a las reformas que pudiera introducirle su dueño.
En tierra o en vuelo despierta admiración la hermosura del conjunto, la fineza de sus formas, la combinación de la más sólida estructura con los sencillos y eficientes accesorios livianos y resistentes.
Los felices cultures de este deporte viajamos por el aire sin grandes esfuerzos; todo consiste en mover el cuerpo respecto de la barra de control. En cambio nos deleitamos con la mejor vista panorámica, el tenue susurro del aire, la brisa presionando nuestra piel, lo que no es nada comparado con lo que sentimos por dentro. Esta incomparable nave aérea se ha incorporado a nuestro ser, nos hemos trasformado en pájaros. Vamos a donde queremos. Husmeamos por el espacio en busca de las corrientes ascendentes y entramos en ellas naturalmente, sin sobresaltos, deseosos de sentir que el aire nos c comprima con fuerza y nos eleve ojala hasta las estrellas. Es un juego natural, conocemos por nuestra experiencia, lo que podemos hacer y no sentimos miedo sino deleite, felicidad, alegría de vivir, agradecimiento a Dios por permitirnos hacerlo y reconocimiento a los diseñadores y fabricantes de esta ala por hacerla tan dócil, tan segura, tan perfecta.
Hay algo más, bien difícil de explicar con palabras. A veces nos decidimos a ir más allá: nada hay en este mundo comparable a lo que se siente allá arriba cuando uno decide "probarse". Es una emoción profunda, un deseo de alcanzar la perfección. Con decisión nos sumergimos con toda nuestra atención en alerta roja para no traspasar la barrera de la seguridad, pero sí rozarla con nuestras acrobacias, giros escarpados, picados, stalls, y cuantas maniobras deseemos intentar. Más aún, el reto, el desafío de cruzar esa barrera para ver que hay del otro lado y comprobar si podemos correrla más afuera ampliando nuestro conocimiento del arte de volar. Es el vértigo, el éxtasis, vibra cada una de nuestras células. Entonces amamos a esa perfecta nave aérea, que nos permite lograr lo que estamos haciendo, la perfección que estamos logrando.
Nada mejor que el vuelo en ala delta para encontrarnos con lo mejor de uno mismo e iluminarse para hallar respuestas y sentido a nuestras vidas.


MIS EXPERIENCIAS…
17. NO ESTABA CONFORME
Durante 1986/87 volé el Atlas del Club, mis compañeros se compraron alas más avanzadas, estábamos en la época de los Comet, los Magic, Los Moyes. En casa, con mi familia nos hicimos una maqueta de la zona precordillerana comprendida entre el Río Mapocho y el Río Maipú, utilizando un mapa orográfico y me la estudié a fondo. Incluso hicimos algunas excursiones por la Quebrada de San Ramón. Pero lo más importante es que alcancé alturas de 2.500 mts. Y llegué hasta El Cerro La Cruz y El Abanico y El Manquehue. Era un ala tranquila, muy estable, lenta y para disfrutar los vuelos, pero… no estaba conforme, ya no me llenaba: veía las alas de competición ir y venir a mí alrededor y sobre todo mucho, “mucho” más arriba. Se alejaban mucho más de los cerros, hacían cross-country, planeaban más, eran más rápidas y algunas se colgaban n de l as nubes e iban de cúmulo en cúmulo. No, no estaba conforme. Tenía que decidir. O me quedaba aquí, procurando obtener un mayor rendimiento de mi “Atlas”, o me pasaba a un ala de avanzada. Sabía que los riesgos aumentarían: alas más veloces significarían aterrizajes más veloces, precisos, enérgicos y con afinada puntería. Además el hecho de alcanzar mayores alturas con un ala de mucho planeo, es una tentación irresistible para alejarse lo más que se pueda y allí, lejos, aterrizar quien sabe donde, con posibles sorpresas, como son los cables eléctricos no vistos a tiempo, obstáculos desconocidos, turbulencias, no conocer la dirección precisa del viento. Pero ¿Cómo resistir la tentación de ir más allá? ¿De aprender a volar mejor?
En busca de un ala de “esas”, di con el Mig II, me agradó, era la última de las numerosas alas construidas en Chile por Graham Robinson. Además tenía geometría variable, esta ala que permitía en vuelo tensarla y hacerla más veloz, mientras que en el aterrizaje volverla más lenta, disminuía los riesgos de la maniobra. Además lo había visto en ella a Alfonso Soto lucirse con su impecable estilo y soñaba con tener un ala así. Había una en venta. La de Michael Sammann, (el del choque). Me dijo:”Mil quinientos dólares, ni un centavo menos”. Empeñé hasta el alma y después de un corto regateo y con facilidades, se la compré. Hice los primeros vuelos. Era una vuela ala, rápida, de buen rendimiento y muy sensible. Esperaba, mediante ella, aprender mucho y ser mejor piloto.
Por esos días estaba meditando sobre mi proyección como aladeltista y me nació la idea de cruzar la Cordillera de los Andes. Pesé el pro y el contra: sería un vuelo inédito, similar al de Don Alejo Williamson con su planeador. Sería el primero y por último, si no lo conseguía, habría aprendido bastante más sobre aladeltismo.






















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