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miércoles, 12 de enero de 2011

ALADELTISMO Y LA CUECA DE LOS PICADOS

Despegue en Iquique, a solo 70m de altura
vista de un "cementerio"
Que los aladeltistas no le hacen mucho al folklore, es comprensible porque tenemos la cabeza en otra cosa que es volar, y todo ese delicioso mundo de las alas delta. Sin embargo,  son tantas las veces que nos quedamos con las ganas de volar, o de alcanzar un desafío o de llegar donde los demás sí llegaron, que somos campeones para “bailar la cueca de los picados”. Sobre todo en los campeonatos y una muestra son los de Iquique. Para los que no saben, vamos a ese campeonato anualmente desde 1992, porque es muy seguro que volemos, con tan buen tiempo; además desde Cabo Patillos a Iquique son 70 Km. muy parejo el terreno y sin obstáculos para aterrizar y fácil para los rescates a lo largo de la Panamericana. Pero... para avanzar hay muchas dificultades y es así como al vehículo de los rescates se lo llama "camión escoba" porque en él van “los picados” Por ejemplo estan los que se cayeron frente al despegue (y a mi me pasó una vez, ¡que verguenza!) Imagínate que hacer 1600 Km. hasta Iquique para volar sólo 500 mts. … Y no es todo, más adelante hay una gran entrada muy difícil de pasar que llamamos el “Cementerio I” donde mueren una cantidad de vuelos. Si pasaste al otro lado sin “caerte”, llegarás pasadito el aeropuerto Diego Aracena al "Cementerio II", más grande (de unos 5 Km), donde mueren la mayoría de los vuelos. Por supuesto que para los mejores pilotos eso es “papaya” y así llegan al último obstáculo que es Punta Gruesa, a la entradita de Iquique, lo pasas y te vas planeando hasta la playa. Es así de fácil, sólo que este promontorio te cierra el paso. Tiene una corriente ascendente muy débil pegada al cerro con mucha turbulencia. El que se apàrta del cerro se vá para abajo.Hay que pasar rodeándolo por el lado del mar, evitar el rotor que está detrás y si lo haces bien, puedes irte incluso a Alto Hospicio y disfrutar de un vuelo espectacular sobre la ciudad. Pero como los campeonatos son contra el tiempo llegan unos pocos capos a disputarse la punta, el resto viene en el “camión escoba” a contar sus penas en la cena. Para darte una idea, en 1992 que fuè el primero, fuimos 30 y llegaron 6. Pero año a año, fueron ganando experiencia y aún esos mentados “capos” no las tuvieron todas consigo siempre, y para muestra... Fué en uno de esos campeonatos cuando Punta Gruesa echaba a todos "para abajo" y habían cuatro pilotos: Alejandro, Nicolás, Roberto y otro, aterrizados rumiando el fracaso. En eso llega Elmo a pelearle al rotor. - "Los 4 teníamos los ojos pegados en Elmo, quien venía muy alto, bien pegadito al cerro para quitárle el cuerpo a la descendente y de repente Roberto, el más caliente dijo con rabia y pateando el piso: "Y pasó nomás el huevón". Pero se equivocó, porque aquel tampoco pudo y un rato más, aterrizó junto a nosotros". Todos se fueron a "Los Verdes", un famoso restaurant del lugar a ahogar la pena con cerveza.
Los que llegan, como Germán Romero, pueden  lucir una sonrisa  .


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