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martes, 14 de diciembre de 2010

CDADC – CLUB DEPORTIVO ALAS DELTA CHILE


RESUMEN
1.  CDADC
2 .Despedida a Augusto Olivares
3. Alas Delta y Perros (Reflexiones del autor)




CDADC – CLUB DEPORTIVO ALAS DELTA CHILE
   Fue fundado el 17/10/2010.-
   A iniciativa de un grupo de aladeltistas de Chile, en un principio como grupo cerrado, cuya directiva y socios fundadores, nombro a continuación:
   Arturo García Aldunate,                 Presidente
   José Vargas Jansen                          Vicepresidente
   Oscar Perez Peña                             Secretario 
   Hernán Cortés Piñones                   Tesorero
   Rafael Souza Fijalkowsky                Director
   Cristian Cid Morán                         Socio Fundador
   Alberto Vargas Jansen                             
   Claudio Arrieta Azua                               
   Claudio Romo Vargas                                         
   Diego Guridi Bravo                                            
   Jaime Arrigorreaga Valvontín               
   José Tomás García Jonson                       “ Comisión DGAC
   Juan Carlos Sandoval Vásquez               
   Hernán Cortés Piñones                            
   Martín Buschmann de Santos                 
   Michael Sammann Bartling                    
   Marcel Didier Sandoval                          
   Pablo Inostroza Vallejos                         
   Patricio Romo Vargas                             
   Roberto Ulate Nicol                                
   Sergio Arrieta Peña                                 
   Sergio Vargas Vega                                             

  

  
        
 DESPEDIDA DE AUGUSTO OLIVARES.

Se nos fué a Nueva Zalandia este querido amigo y por supuesto fué con un asado después de los vuelos. La novedad fué que trajo un bastón extensible con la cámara fijada en una punta, en la otra nos agrupamos  alrededor de Augusto. Los pilotos que se ubican detrás de cada sonrisa son:
1. Alberto Vargas, 2 Augusto, 3. Basilio Impellizzeri, 4. Oscar Perez, 5.Ignacio Johanon, 6. José Tomás García, 7. MIchael Sammann, 8. Jaime Didier, 9. José Vargas, 10. David Yaikin Balvederessi, 11. Elmo San Martín, 12. Arturo García y otras cabecitas que asoman por aquí y por allá.
El "Jote Pérez" ¿Será por lo rubio?

Oscar Pérez en su XL


ALAS DELTA Y PERROS
   A quienes creen que después de un vuelo en alas delta, cuando ya los pies del esforzado y aporreado aladeltista están firmes en tierra, ya terminaron sus sustos, les diré que no, que  si gastaron mucha adrenalina en el despegue, en el vuelo en sí y en el posterior aterrizaje, un veterano sabe que  es mejor guardarse algo para después. Lo digo por lo que voy a contarles y me pasó anteayer, 12 de Diciembre de 2010:
  Estaba bueno para volar y lo estaba disfrutando a concho, sin turbulencias, ni sobresaltos, un lento ascenso en línea recta hacia la carretera.  Porque estaba sustentador, embelesado con los nuevos condominios de Santa Marta que tenía a 500 metros debajo de mi ala delta y el sonido pausado y constante de mi variómetro  me daba tranquilidad. De repente cambió el sonido y cundió la alarma: estaba demasiado lejos del aterrizaje.
    Apenas di la vuelta volvió a sonar el variómetro pero con el pito desagradable del descenso a dos metros por segundo. A poco volar me di cuenta que  iba a quedar tirado en cualquier parte, entonces ¿Dónde meto el ala?. Se acabaron los condominios y empezaron los espinos y allá lejos la cancha de golf salvadora ¿llegaré? Y si no es así… a ver, allí hay un medio-despejado entre los árboles, pero voy a quedar tan lejos…” mejor me arriesgo por la m”-  y me resultó, llegué con lo justo, ningún problema, buen aterrizaje, me ayudó el fuerte viento en contra. 
   De repente veo venir desde la sede del Club a unos 300 metros de distancia a tres enormes perros a la carrera. Se me frunció el estómago, y en un instante me acordé de aquella vez… hace un montón de años, en Quilicura aterricé en una gran playa de maniobras de una inmensa fábrica. Miré para todos lados y no ví a nadie, desarmé mi ala, enfundé todo y con eso al hombro, me acerqué al enorme portón de entrada, de 4 metros de alto, cerrado. Llamé y…nada. Entonces a lo lejos, al fondo veo un hueco en la pandereta rota. Allá me dirigí y unos muchachos me ayudaron a sacar el ala para la calle. Uno de ellos preguntó: ¿“No vió los perros?” – “no, dije” -  y entre ellos se miraron y uno comentó “Tuvo suerte”.-
   Mientras desesperadamente trato de desembarazarme del arnés, sale detrás de los perros un cuidador con su escopeta y les silva… que  alivio. Se acercaron todos y viendo las colas de dos perros moviéndose amistosamente me relajo y cuando llegan me atrevo a acariciarles las orejas y la cabeza. En cambio el concho de cola del otro perro, un Pitbull,  ni se movió y su cara inexpresiva me hicieron esconder prudentemente mi mano, no sea que de allí saliera manco.
   Epílogo: después de caminar entre los cerros llegué a mi camioneta, justo cuando aterrizaba el “Jote Pérez”, subimos al despegue a buscar su camioneta y después de largos 15 Km. pude rescatar mi ala al anochecer. Saqué una lata desde mi pack de cerveza y el resto fue para el cuidador que tan “gentilmente” me sacó los perros de encima.-
 

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