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Batuco, apertura de temporada (Merkankato) |
Vuelos
en Valdivia
Vuelos
en Rancagua.
Mis Relatos: 19: Si te quedas botado.20: La Bandada se agranda, 21:
Piano Piano…Se vá Lontano.
1. VALDIVIA´2008
En los primeros dias de febrero, se
reunieron en San Ignacio, playa ubicada al sur de Niebla, varios aladeltistas a
invitacion de Alfredo Erlwein. “Durante una semana- me relato Marcel Didier-
hicimos puros pianos, porque el viento aunque estuvo fuerte, estuvo muy cruzado
del sur y no habian termicas. En cambio huvo un dia que el viento se puso mas
frontal y alli nos desquitamos. Yo tome 890 metros sobre el
despegue y eso me permitio volar hacia el sur, al igual que mis compañeros,
hasta Curiñanco . Fue el desquite, 25 Km de vuelo, no exento de peligro, porque
pasamos por encima de acantilados y bosques, hasta divisar la playa de
Curiñanco donde nos abrazamos felices” y me agrego- “Desde arriba la vista era
grandiosa, todo el sector de los fuertes y la Ciudad de Valdivia”.
Participaron;
ademas Alfredo y Max Erlwein, Elmo San Martin, Max Didier , Jose Tomas
García y …
En la
foto: De izq. …… hijo de Elmo, Alfredo, Max, Marcel, Elmo y “Maco” Didier
19. SI TE QUEDAS BOTADO…
“Si te
quedas botado, yo no te voy a ir a buscar”, fueron las amenazadoras palabras que pronunció
Jaime Didier a su hijo días atrás, Enero de 2008, en la cancha de despegue de
alas delta de Las Vizcachas, porque Max, que también vuela alas delta quería ir
a Pirque, contrariando su opinión de que las condiciones del tiempo daban
solamente para un corto vuelo local.-
Jaime,
se calzó su arnés, despegó raudamente, y contrariamente a lo aconsejado, hizo
lo del cura Gatica que predica, pero no practica, o sea que tomó rapidamente
altura y enfiló para el Sur, cruzando el Río Maipo.Luego lo vieron
evolucionar recuperando altura en el
Cerro Blanco de Pirque y se les perdió de vista entre los cerros cordilleranos
rumbo a Rancagua. Los demás se animaron
y uno a uno fueron despegando. Max ,
porfiadamente, omitió los consejos de su padre, veterano de mil
campeonatos donde brilló como una estrella, especialmente entre los años 1987 a 1994 donde se coronó
campeón o estubo cerca muchísimas veces, llegando a ser muy conocido también en Argentina Imagínense como sería de bueno, si una
temporada unió, junto a Erc Hemstead, Santiago con Los Andes ida y vuelta
varias veces. Era una hazaña increíble
para esos años, tarea de titanes. Los dejaban a los piés del Cerro del
Medio en La Deheza. Subían
los dos sólos el cerro a unos 280 metros de altura. Calculen el peso; el ala
son 33 Kg . Arnés, casco, paracaídas,
instrumentos, equipo, otros 10 Kg , agua 2litros o sean 2 Kg y además otros 5 Kg de plomo para darle más
peso al arnés y por lo tanto más velocidad en las cruzadas. Qué estado físico, que
resistencia admirable. Tomaban altura en el cerro del medio, se enroscaban en
una térmica, al Cerro El Milico, a los Pelados de La Deheza y con sus 3.000 metros abajo,
partían a Los Andes, siguiendo el camino
de los planeadores, recuperaban altura en Los Riscos, en el Colocalán y en Los
Cobres, para aterrizar en una cancha de futbol. Luego un taxi los llevaba a un
hotel. Al otro día se hacían subir en taxi hasta La Virgen. Luego a pié hasta la cumbre
y desde allí ascendían a 4.500 mts para hacer el vuelo de regreso por la
pre-cordillera. Aterrizados en el Mapocho, cargaban sus alas y llegaban a pié a
la casa de Jaime, como quien vuelve de la pega. ¿Qué les parece? Atopeósico
¿verdad?
Pero
volvamos a Max, su hijo, - puchas con el cabro más porfiado que mula tuerta- desobedeció a su padre y también cruzó el Maipo,
voló Pirque, recuperó altura y como vió la cosa malona, se devolvió a Las
Vizcachas. Aterrizó, desarmó su ala, la subió a la camioneta y volvió a cruzar
el Río. Esta vez su objetivo era nada menos que ira a buscar a su padre que se quedó botado a la cuadra de Los Azules.-
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Roberto y José, antes de un vuelo |
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José y Nicolás en un tandem de instrucción |
20. LA BANDADA SE AGRANDA
En alas delta hay emociones fuertes para
regalar y yo las he disfrutado muchísimo (después de los sustos). Y hoy he
tenido la más grande de todas: ver a mi hijo Roberto hacer su primer vuelo en
Batuco, desde arriba. Siempre me ilusioné con que alguno de mis
hijos volara conmigo, ya les conté lo que pasó con mi hija Myriam en La Pirámide.que no
terminó la instrucción. Esta fue una larga espera de muchos años a que alguno
de los otros, se decidiera.
Este deseo se renovó dos años atrás
cuando fuí a Batuco ha echar un corto
vuelo y así tener tiempo para “copuchar” lo más posible. Resulta que me ido
acostumbrando a aterrizar mal, con las rueditas del trapecio en vez de hacerlo
con los piés a consecuencia de lo cual el arnés se arrastra por el suelo un
metro hasta frenar como avión. Esta forma de aterrizar está bien para Batuco
donde el terreno es plano y con pastito, pero no para los fascinantes lugares desconocidos donde es fundamental hacerlo
parado sobre los pies. Esta vez aterricé pegándo el casco contra el suelo o el
trapecio y la lente se me clavó en la nariz haciendomela sangrar. Cristián me
explicó que entré demasiado rápido, con los piés atrás y el hocicazo fue porque la estolié antes de tiempo (fracción de
segundo). Han pasado dos años y sólo a veces lo hago bien.
Bueno ¿Y? dirás tú, querido lector.- No me
apuren, decía mi abuelo. El caso es que mientras conversaba con Cristián,
Leonardo y Juan Carlos que estaban aterrizados, llegó Jaime en tandem con su
hija, rato después su hijo Max y luego su sobrino Marcel. Rato después Arturo
García , luego Jose Tomás, su hijo. Mas rato lo hace el clan Vargas; José
Vargas en tandem con su hermana, más rato Alberto, también hermano, después el
Pato Romo y Jorge Vargas , sobrinos y más tarde otros pilotos que no son
parientes de nadie, pero mucho pajarito
nuevo.-Bueno, no fué todo tan planificado pero más o menos así . José me lo explicó: “Considero que soy muy
joven y puedo dar bastante todavía, el año pasado saqué 4 pilotos nuevos y
tengo otros 4 más para la próxima primavera”. El caso es que a la fecha, 1 de
Noviembre de 2008, lleva 14 pilotos nuevos, que sumados a los de Arturo García,
Elmo San Martín, Germán Romero, Patricio Nuñez, etc. en estos últimos años la bandada aladeltista se ha agrandado
bantante, lo cual es excelente para nuestro querido deporte.
Como te
decía, con envidia miraba en las familias de mis compañeros a esos niños que
había visto crecer yendo a Batuco y que ahora volaban, mientras que con los
míos a los cuales siempre llevé no
pasaba nada.Entonces cuando Roberto me dijo que quería volar, intenté darle
instrucción con mi ala que por ser demasiado rápida no es adecuada para
instrucción con lo que fueron puros porrazos. Además me dí cuenta que para ser
instructor, no basta con las ganas… y quedó postergado hasta ahora.
La instrucción
fue corta porque adelantó rápidamente y además el desacatado se burló públicamente de mi manera de aterrizar
mostrando en facebook una “foto delatora” que me dejó mal parado. Pero me
desquité, ya verás como.
Hoy, después de
un vuelo juntos de unos 40 minutos, subieron de nuevo al despegue y aquí me
puse nervioso. Es más; me comí todas las uñas mientras instructor y alumno
armaban el ala para el vuelo solo,
luego lo ayudé con el arnés y con severidad le dije: “Llego la hora de la verdad, sigue las instrucciónes y haz las cosas
bien”, pero me temblaban las piernas y me morí de miedo en el despegue
hasta que comenzó a correr y salió volando. José lo guió por radio con cosas
como éstas, “hace un giro a la izquierda despacio…despacio, ahora pícala un
poquito nomás, eso, eso, ahora otro giro suave” etc. En eso, al perdérsenos de
vista por detrás del cerro y no volvía,
me imaginé un montón de desgracias, durante ese par de minutos que me parecieron un siglo. Hasta que por fin apareció muy
arriba, a unos 200 metros
sobre nuestras cabezas, Fué una emoción tremenda. Con lágrimas lo abracé a José
y nos congratulamos por un instante. José, que también se había angustiado le
recomendó que no se fuera tan atrás,
porque tenía que guiarlo con la radio durante todo el vuelo.. Después de
unas cuantas vueltas con sus correcciones y recomendaciones, lo dejó (por
radio) en manos del asistente que estaba en la cancha de aterrizaje, bajamos
rápidamente y lo vimos volar muy arriba por media hora más y luego las
maniobras de aterrizaje, otra vez la angustia y tragar saliba. Felizmente fue todo normal, salvo que el frenado final
fue al igual que su papá…con las rueditas.
Después de
las felicitaciones de nuestros compañeros de vuelo a padre e hijo, nos comimos
un asado conque terminamos el dia. Por
nuestra parte nos coprometimos a aterrizar
con los piés.

Fíjate aparentemente vengo aterrizando bien, sin embargo lo hago muy bajo y fuerte. El resultadom será al igual que Roberto... con las rueditas.-
En cambio:
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Sergio Arrieta, impecable y |
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Roberto Ulate ¡Que envidia! |
.
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2008-Batuco-Elmo, Marcel, Claudio Romo, Jose, José Tomas, y Patricio Romo. |
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2008-Batuco-José Tomás García, Sra, Arturo García, Cristian Cid,Piti Didier, Jaime, Max, Mercankato, Elmo y Marcel |
21. PIANO, PIANO, SE VA LONTANO
El conocido refrán: Despacio, despacio, se va lejos, nos calza como guante a los aladeltistas, porque la mayor parte de nuestros porrazos, quebraduras y demases se deben a andar ansiosos y apurados, por alcanzar nuestras metas competitivas o simplemente por alcanzar un vuelo fuera de serie o una marca personal anterior que debe ser superada cuanto antes. Fíjate que hace unos días nomás el 13 de Diciembre de 2008, hubieron dos ejemplos de lo que digo: el primero ocurrió en Las Vizcachas, despegue ubicado a 700 mts de altura, donde nos suben por $ 5.000. Se pagan con gusto, porque de ahí te vas a donde, tu ala, tu muñeca y tus ambiciones puedan llevarte. Uno de nuestros compañeros que casi siempre campeonea en estas lides es Cristian Cid, quien junto a Jerónimo Lavancy habían unido en vuelo Las Vizcachas, Pirque, Angostura y luego al oeste hasta Melipilla. Para un ala delta es inédito. “Fue grandioso-me contó Cristian- tuvimos a la vista la Laguna de Aculeo, Alhué y el Lago Rapél”- y yo me adelanté: “luego cruzaron el Río Maipo y aterrizaron en los sembrados de este lado” – Y me aclaró; “No porque esa zona está súper-restringida por el Club Aéreo de Melipilla” _ Ah, ya- le contesté pero yo lo ignoraba. Y continuó con su relato “Este sábado, (el 13) fuimos de nuevo, Jero que estrenaba su nueva Combat y nosotros dispuestos a no perderle volada. El viento en el despegue prometía mucho y Jero partió nomás. Yo, tuve que darle la salida a Elmo (San Martín) y a Roberto (Ulate). En eso llega Kankato (Juan Carlos Sandoval).Se acerca para ayudarme y yo, apurado por salir y alcanzar a los otros, rehúso y me acerco al despegue con tan mala pata que me topo con una ráfaga cruzada muy fuerte la cual me levanta el ala derecha, me empieza a arrastrar, y mientras le grito a Kankato, me levanta y me lleva sin control”-. El resto me lo contó Juan Carlos. “Cuando escuché sus gritos, corrí al despegue, el viento se lo llevaba, entonces tomé con ambas manos la parte de atrás de la quilla, la cual se desenganchó con el tirón y me quedé tieso con los dos metros de tubo en las manos. Vi como se lo llevó unos 50 m a la izquierda y luego lo metió de cabeza en unas matas 15 mts más abajo. No le pasó nada a él…pero el ala resultó con trapecio roto” –y yo agregué- es lo peor que podía pasarle, quedar un tiempo sin volar” – y lo urgí ¿Qué pasó con Jero y los demás?. Nada, porque sólo llegaron hasta Pirque y el día no dio para más”.-
El conocido refrán: Despacio, despacio, se va lejos, nos calza como guante a los aladeltistas, porque la mayor parte de nuestros porrazos, quebraduras y demases se deben a andar ansiosos y apurados, por alcanzar nuestras metas competitivas o simplemente por alcanzar un vuelo fuera de serie o una marca personal anterior que debe ser superada cuanto antes. Fíjate que hace unos días nomás el 13 de Diciembre de 2008, hubieron dos ejemplos de lo que digo: el primero ocurrió en Las Vizcachas, despegue ubicado a 700 mts de altura, donde nos suben por $ 5.000. Se pagan con gusto, porque de ahí te vas a donde, tu ala, tu muñeca y tus ambiciones puedan llevarte. Uno de nuestros compañeros que casi siempre campeonea en estas lides es Cristian Cid, quien junto a Jerónimo Lavancy habían unido en vuelo Las Vizcachas, Pirque, Angostura y luego al oeste hasta Melipilla. Para un ala delta es inédito. “Fue grandioso-me contó Cristian- tuvimos a la vista la Laguna de Aculeo, Alhué y el Lago Rapél”- y yo me adelanté: “luego cruzaron el Río Maipo y aterrizaron en los sembrados de este lado” – Y me aclaró; “No porque esa zona está súper-restringida por el Club Aéreo de Melipilla” _ Ah, ya- le contesté pero yo lo ignoraba. Y continuó con su relato “Este sábado, (el 13) fuimos de nuevo, Jero que estrenaba su nueva Combat y nosotros dispuestos a no perderle volada. El viento en el despegue prometía mucho y Jero partió nomás. Yo, tuve que darle la salida a Elmo (San Martín) y a Roberto (Ulate). En eso llega Kankato (Juan Carlos Sandoval).Se acerca para ayudarme y yo, apurado por salir y alcanzar a los otros, rehúso y me acerco al despegue con tan mala pata que me topo con una ráfaga cruzada muy fuerte la cual me levanta el ala derecha, me empieza a arrastrar, y mientras le grito a Kankato, me levanta y me lleva sin control”-. El resto me lo contó Juan Carlos. “Cuando escuché sus gritos, corrí al despegue, el viento se lo llevaba, entonces tomé con ambas manos la parte de atrás de la quilla, la cual se desenganchó con el tirón y me quedé tieso con los dos metros de tubo en las manos. Vi como se lo llevó unos 50 m a la izquierda y luego lo metió de cabeza en unas matas 15 mts más abajo. No le pasó nada a él…pero el ala resultó con trapecio roto” –y yo agregué- es lo peor que podía pasarle, quedar un tiempo sin volar” – y lo urgí ¿Qué pasó con Jero y los demás?. Nada, porque sólo llegaron hasta Pirque y el día no dio para más”.-
El otro
ejemplo y en el mismo día ocurrió en Batuco y nos involucró a mi hijo Roberto y
a mí, el que supuestamente debería poner freno a sus ímpetus. Por el contrario
lo alenté a cambiarse de su ala de instrucción un Polaris a mi viejo Saphyr
(que en el futuro compartiríamos) Lo habíamos conversado antes, pero no le
habíamos dicho nada a su instructor José Vargas que no estaba presente en ese
vuelo. El cual, posteriormente nos dijo que era un error, que él tenía pensado
ofrecernos prestado el Polaris para una temporada, que sería un periodo
prudente para Roberto de ganar experiencia en vuelo, pues con el verano van
creciendo en fuerza el viento, turbulencias, y las situaciones inesperadas.
El caso es
que armamos el ala sin imaginar lo que vendría. Roberto había respondido bien a
la instrucción e incluso adelantado a otros alumnos (y se creyó el cuento)
había hecho varios vuelos sólo y su confianza y empuje eran temerarios. Yo
traté de posponer el vuelo para más tarde cuando bajara el viento, pero me dejé
llevar por sus deseos que eran volar unas dos horas. Le di la salida sin
aprehensiones pero lo que vino después me llenó de incertidumbre porque fueron
cinco minutos de un vuelo sobre controlado, con frecuentes bajadas y subidas y
se fue comiendo el terreno lleno de obstáculos, finalmente pasó los cables
eléctricos de la calle y el planeo no le dio para llegar a lo despejado. No
obstante llevó el ala (o el ala lo llevó a él)
hasta 3 mts del suelo entre dos manchas de árboles en que el rotor
lo chupó y cayó de golpe. Bajé el cerro tan rápido como pude. Ya mis
compañeros habían llegado al lugar. Nos anticipó que tenía un brazo quebrado.
Le sacamos cuidadosamente el arnés y no tenía nada más, el ala ilesa. Una
operación y en dos días estuvo de alta.
Yo espero la baja… cuando me pasen la cuenta. El resto puedes
imaginártelo. Una temporada sin volar calmará sus ímpetus y también los míos
porque te regalo esos interminables 5
minutos en que el vuelo iba de regular para abajo .y nunca más olvidarme que
“piano, piano, se va lontano.”
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