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jueves, 29 de julio de 2010

ALADELTISMO CHILENO 1981


1. Pequeño réquiem ...
2. fatal intento en Magallanes.
3. Asociación Tarapacá.
4. ACHVL.
5. Vacaciones en Pachica’81.
6. Campeonato Intercontinenental Arica’81
7. En la Asociación…
8. Campeonato en La Serena.
9. Los records de Charlie
10. Mis experiencia con las Alas Delta…continuación 9. Adquiriendo mayor finura, 10: para que nunca mas me olvidara, 11: Al fin piloto ¿Lo era?, 12 Charlie...sigue en 1982.
11. II Asamblea Ordinaria de la Asociación Chilena de Vuelo Libre (Acta)


José Antonio antes de la partida


1. PEQUEÑO REQUIEM POR EL HOMBRE PAJARO
El deporte chileno ha izado en lo alto de su corazón una bandera enlutada, Es la que, en su áspera sombra, marca un duelo por la muerte de uno de sus hijos más heroicos: el hombre pájaro José Antonio Acevedo. Es un Acevedo más en el historial de las hazañas provocadas por un chileno; un Acevedo que también sintió la tentación del vuelo y fue a los espacios para vencerlos, en impulso de arrojo y de gloria...
Siempre hubo en los chilenos una predilección sutil por la gracia extendida de los cielos y apenas lograron que las alas cupiesen en sus vidas., decidieron el salto de honor para revolcarse en nubes y en azules.
Ya el padre Alonso de Ovalle los celebró y en el primer juego de palabras de nuestras letras, estableció la hermosura del cielo-suelo patrio. Uniéndolos por su extrema facundia. Un cielo para contener todas las estrellas. Un suelo para florecer en todos los clones de Dios.
Hubo pioneros del aire, paladines de globo y de acaso, que demostraron al asombro santiaguino que el hombre podía aproximarse a los territorios donde los astros intercambian sus mágicas señales.
Cuando la aviación comenzó, los jóvenes chilenos se aprontaron, rápidamente, para servirla. Con los primeros vuelos hubo, también, los primeros mártires. Pero ninguna zancadilla de las alturas los abatió en su ánimo y la aviación nacional remontó triunfos y audacias.
Y súbitamente, aparecieron por el norte del coraje, los hombres pájaro, desafiando el aire y con ellos José Antonio Acevedo intentó cruzar el Estrecho de Magallanes por el aire con alas delta, encontrando su muerte a la cuadra de Bahía Catalina, precipitándose al mar, envuelto en las ráfagas de su intrepidez y de su audacia.
Allá, en los confines, quien iba a buscar la coronación de una gesta halló el silencio de las distancias terribles y se cubrió con la caricia larga de aquellas olas donde el infinito agita sus tambores.
! BRAVO; José Antonio Acevedo, pasajero de firmamentos y de aguas, si no conseguiste la alianza del aire y la tierra, ofreciste tu cuerpo al mar, como el más limpio trofeo en una de las más limpias hazañas!

Cuando levantemos los ojos al cielo, ahí divisaremos tu sombra, rumbo al regazo oceánico, fino viajero, flecha de osadía, enseñándonos que sólo los que se juegan su vida y su muerte, noblemente, merecen que Dios los acune en la ternura de los mares.

2. FATAL INTENTO EN CRUZAR EL ESTRECHO DE MAGALLANES
José Antonio Acevedo, chileno, radicado desde hacía años en Ecuador donde vivía con su esposa chilena y dos hijos. Se inició en 1977, siendo alumno de Wilfredo Guzmán. Compitió en Ecuador, en el Sudamericano de Arica en el 78 donde fue 7º; en Vermont (EE UU) donde fue 2º. Voló en Brasil, Argentina y Perú. Por lo tanto tenía mucha experiencia en tan corto tiempo. La arriesgada idea de cruzar el estrecho, la tuvo en junio del año 1977. Según sus palabras: "nació al encontrarme solo en Punta Arenas. Averigüé en la Gobernación Marítima los datos sobre los vientos, corrientes, velocidades y todo lo que se debe saber para intentar una travesía de este tipo". El recorrido era de 28 Km. desde Bahía Catalina hasta Tierra del Fuego.
El equipo era un ala Olimpus 160 apoyada por dos motores de Go-Kart de 80 cc. cada uno que daban 7.000 rpm. "Todo está preparado, solo espero que el viento esté con una velocidad de 15 millas por hora para decolar, girar 180 grados y en 30 minutos se cumpla el recorrido. En todo esto siempre es necesario contar con un poco de buena suerte y lo demás, confiar en Dios".
JAA, estaba patrocinado por el Diario La Tercera y tenía un tiempo en días limitado. El tiempo no lo ayudó, estuvo malo. Ya en el penúltimo día martes 17/1/1981 hizo un primer intento, volando en espiral sobre la base Catalina y no se atrevió por el fuerte viento. Al otro día a las 15 hs. el viento era de 100 Km/hora. Disminuyó pero bastante tarde, al declinar el día. Partió de nuevo y no alcanzó a tomar mucha altura unos 100 mts. Cuando se lanzó de todas maneras. Iba apoyado por un avión Twin Other de la FACH, con su puerta abierta y una balsa lista para ser lanzada. Según uno de los tripulantes del avión, le habían facilitado un chaleco salvavidas reflectante. que no tenía. Lo vieron partir y a unas 8 millas de la costa se cayó al agua. El Twin Other iba muy alto, le gritaron al piloto que diera la vuelta. Cuando este tripulante tuvo acceso visual al mismo sector, ya había desaparecido de la superficie. Se supone que no pudo desengancharse del arnés que lo sostenía. Era las 21:20 horas del día 18/1/1981. Se lo buscó en la noche con bengalas y en los días siguientes, con aviones, lanchas y helicóptero, sin resultados. En ese lugar el agua es muy helada y además, de fuertes corrientes.
Augusto Olivares en La Reina- Ala Alondra


3. ASOCIACION TARAPACA, FILIAL DE LA ACHVL
Esta Asociación, presidida por Cristán Sáteler, controlaba el norte de Chile y agrupaba a los siguientes Clubes:
1. Club Albatros de Arica
2. Club Alas Delta de Arica
3. Club Vampiros Negros de Arica
4. Club Alas Delta de Iquique
5. Club Antai Inti de Chuquicamata
6. Club Alas Delta de Antofagasta
Estos clubes tienen en total 62 pilotos activos

4.  ASOCIACION CHILENA DE VUELO LIBRE
Esta Asociación presidida por Alex Schweikart, agrupaba a los Clubes del resto del País:
7. Club Alas Delta La Serena
8. Club Juan Salvador Gaviota
9. Club Alas Delta de Santiago
10. Club Fenix de Conchalí
11. Club Alas Delta de Talca
12. Club Fenix de Punta Arenas
Estos clubes totalizan 74 pilotos activos


5. EL JSG SE VA A PACHICA'1981
Efectivamente, con la experiencia adquirida el año anterior, y con las grandezas que contaron, esta vez fueron 30 las personas que sacaron pasaje para Pachica., es decir 29 retozones a cargo de Carlos Claussen. Iban mejor equipados y animados por un espíritu competitivo.
Arturo García, uno de los más empeñosos nos relata así el gran día: "Hicimos dos turnos para volar con la intención de batir el record de permanencia de 7 horas que los ariqueños habían logrado el año anterior. En el primer grupo, entre otros, estábamos Hugo Luthi y yo y debíamos despegar temprano; pues el segundo grupo debía despegar a las 16 hs. Hugo lo hizo a las 9:45 hs. con un Seagull 10. Yo me retrasé y despegué 40 minutos más tarde, con un Atlas. Las condiciones climáticas no estaban todavía muy buenas con viento flojo. Entonces debí luchar para no descender, pero como el momento era crítico, opté por tira para abajo casi todo mi equipaje, dejando el ala pelada, hecho que me permitió subir. Esto me permitió mantenerme por 5 horas cuando empecé a extrañar el almuerzo y como la sed me acosaba, usé la radio para contarle mis penas a Aldo Isgut. Entonces convinimos con Aldo en que me traería volando agua azucarada en una botella. Así lo hizo prontamente (con un Kea 4M) y se ubicó delante mío y más arriba, dejando bajar poco a poco la botella amarrada de un cordel de 50 mts. No tuve dificultades para asir la preciosa carga, que me permitió mantenerme volando 8 hs, y 10 minutos. En tanto que Hugo Luthi consiguió estar en vuelo 8 hs 49 minutos en medio de los gritos y felicitaciones de todos nosotros".
A su vez se estableció un record femenino de permanencia quien corrió por cuenta de Arianne Biedermann con 5horas 30 minutos, el que se mantiene vigente hasta nuestros días, noviembre de 2004.
Aparte de esos memorables records, otros hechos y anécdotas nos cuentan los entrevistados. "En esas jornadas no faltaron los inconvenientes, como aquellos que se orinaron encima, porque el arnés impedía una solución menos mojada". Otro, recuerda que ese año se hizo un vuelo nocturno en el que participaron tres pilotos: "No fue un vuelo agradable, eran como las 12 de la noche, la cancha la iluminamos con la camioneta colocada en el cabezal, era difícil calcular la aproximación al suelo y nos dábamos medios guatacazos". El aterrizaje era de precisión, entonces el que aterrizaba más alejado del centro era el que lavaba las ollas. Hubo uno que se diplomó de lava-ollas. "Volábamos hasta muy entrada la noche y en una ocasión- cuenta Patricio Nuñez - iba haciendo formación junto a Hugo, cuando lo perdí de vista en la oscuridad. Temí un choque y aterricé lo más pronto que pude".
"Fue idílico": recuerda con nostalgia Carlos Claussen quién, en ese tiempo, estaba en pleno romance con la aladeltista Isabel Duk.
No para todos fue tan bueno, porque hubo un accidentado. El Piloto de Santiago, Roberto Danitz, que acababa de terminar el curso en la Escuela Condor Andino (de Carlos Claussen). realizó varios vuelos de adaptación al lugar desde una altura de 100 mts. el primer día de actividad en el campamento, lo mismo que varios otros de la misma situación. Todos lo hicieron en buena forma y se adaptaron rápidamente al lugar.
Al día siguiente comenzaban los vuelos desde la cumbre (275 mts.) y para esto se sorteó el material de vuelo. Había dos alas Seagull III y 4 pilotos. De estos, subieron a la cumbre el nombrado Roberto y Alejandro Collado, junto con su instructor Carlos y los pilotos viejos. Después de armar las alas se reunieron todos para programar los vuelos y recomendarles a los nuevos, no volar picado, no acercarse a la ladera menos de 50 mts., no escarpar los virajes etc. Para asegurarse Carlos, les preguntó a los alumnos cómo harían su vuelo y coincidió con lo recomendado. Roberto Danitz se preparó para el despegue, soplaba en ese momento un viento de 16 Km/hora. Despegó e hizo una primera vuelta bien en cuanto a su circuito, pero su velocidad era excesiva, cosa que le gritó su instructor al pasar. A segunda pasada iba muy cerca de la ladera, su velocidad en exceso y los giros los realizaba con mucha inclinación. En un próximo giro, se acercó mucho a la ladera, se asustó, tomó una trayectoria paralela a la ladera, voló sobre controlado y de repente se fue contra el cerro. Roberto sufrió múltiples contusiones y se repuso en los días subsiguientes. El ala quedó con la quilla quebrada hacia abajo, ambos laterales de trapecio rotos y todos los pernos doblados. Fuera de este caso, el viaje a Pachica, fue una muy buena experiencia de convivencia, deporte, camaradería, y una buena preparación para el campeonato de Arica, adonde fueron después.

Pachica, 1981, José Miguel Arroyo, Isabel Duk y Hugo Luthi al fondo.

Augusto Olivares con Fénix



















6. QUINTO CAMPEONATO INTERCONTINENTAL DE ALAS DELTA ARICA'1981
Este campeonato viene precedido de un gran prestigio por la calidad de la organización, por la cantidad de pilotos, de varios países, porque toda la Ciudad de Arica está conmocionada y hay una masiva participación en un espectáculo que año a año se va, evidentemente mejorando.
Hay una tremenda expectación por ver a Otto Hofstteter. Se sabía que en Europa la Mercedes Benz le había regalado un auto por ser tercero en el Campeonato Mundial y con él venía desde Argentina.
Mirza Jiménez, se lamentó no poder participar por no haberse aún repuesto de su accidente en La Serena: "Estoy muy apenada, pero tengo fe que en Julio o Agosto estaré volando nuevamente. Luego deberé someterme a una operación al codo del brazo derecho, y prácticamente de ahí depende mi futuro en aladeltismo. Es la primera vez que voy a estar ausente en estas competencias internacionales, pero no me quejo porque he estado al lado de mis compañeros de equipo para conseguir el título para Arica y por supuesto para Chile".
Se realizó del 29 de enero al 3 de febrero. Organizado por el Club Albatros de Arica, Su Pte. José Jiménez aseguró: "Estimamos que el presente evento se convertirá en un éxito completo. Están ya en Arica Pilotos chilenos, uruguayos, ecuatorianos y un suizo que es el tercero a nivel mundial, además de ostentar el récord mundial de permanencia con cuatro hs, y media logrado en Río de Janeiro". La recepción se efectuó en el Hotel Azapa Inn. El evento comenzó frente a la Población 11 de Septiembre, con exhibición de paracaidismo, que no estuvo exenta de emoción, pues al paracaidista Jean Pierre O'Haco, no se abrió el paracaídas y tuvo que abrir muy abajo el de emergencia. Felizmente no pasó nada e inmediatamente se preparó para la competencia en la cual también participaba. Luego comenzaron las pruebas con el "Slalom de Velocidad" y por la tarde Distancia. Estas pruebas concitaron el interés de gran cantidad de público que se dio cita en el sector de la 11 de septiembre. Los participantes en número de 43 acumularon puntos.
Al día siguiente "Paso entre Jueces" y "Cruce de líneas".
Viernes: Distancia de laderas.
Sábado: se disputó el Grand Prix de Arica en el sector Morro Gordo. Esta competencia esta incluida en el programa de la competencia internacional y en ella participaron los 15 mejores en las etapas anteriores y consistía en recorrer una distancia entre pilones en el menor tiempo posible. Los resultados fueron: 1º Teodoro Kinderman, 2º Jean Pierre O'Haco, 3º Harry Pizarro, 4º Héctor Sánchez, 5º Otto Hofstetter, 6º Carlos Asalgado, 7º Pedro Agliati, 8º Hugo Luthi, 9º Jorge Arcuri. De esta prueba cinco fueron los eliminados: Eduardo Latorre y René Silva, porque se fueron para abajo y nop completaron la prueba, José Acevedo de Gavilanes de Ecuador, (Algo no encaja porque si es el mismo que falleció en el Estrecho...) por darse la vuelta antes de pasar sobre el pilón; Francisco Correa porque no alcanzó a "Pisar" el rectángulo final; Francisco Vega, porque se excedió en el tiempo fijado y finalmente Gabriel Pérez que desistió de participar.
A la noche se entregaron los premios en el Azapa Inn y Domingo: vuelos libres.
Los premios fueron: en primer lugar para el mejor individual: el suizo Otto Hofstetter Trofeo Municipalidad de Arica., mas 1000 dólares y un galvano. El 2º individual Harry Pizarro (Albatros), 3º Pedro Agliatti (Alb.)
El equipo campeón: los 5 pilotos del Albatros: Harry Pizarro, Pedro Agliati, Cristián Sáteler, Miguel Sánchez y Claudio Gaytán. Trofeo FACH.
El Premio de velocidad "Grand Prix Arica-Chile”: para Teodoro Kindermann (Club ADS y ala Siroco III). Siendo los 2º Jean Pierre O'Haco del "Vampiros Negros" de Arica y Harry Pizarro del Albatros también de Arica.
El Trofeo "Caballero del Aire Vicente Arce" al ariqueño Cristián Sàteler (Alb.)
El Trofeo Consejo Local de Deportes para la dama mejor clasificada: Isabel Duk Beyer (JSG).-
Trofeo Sernatur: Mejor argentino clasificado para Jorge Alberto Arcuri
Otros participantes fueron: Arturo García Aldunate (JSG), Carlos Claussen (JSG), Luis Edmundo Rojas (CAD La Serena), Gustavo Matéu (Arg,), Horacio Valdés Bunster(UTE) Universidad Técnica del Estado.; Hugo Luthi de Vicente (JSG); Carlos Marín (Arg,); Bruno Stirnimann (Suiza); Jorge Daniel Barría (Arg.); Arianne Bierdemann (JSG); Horacio Nicolás Arias (Arg,); Eugenio Aguirre Durán (ADLS) La serena; Gabriel Perez Zúñiga (ADLS); Carlos Sáteler (Alb.): Miguel Ángel Bermúdez (Arg.); Fran cisco Vega Mayer (ADS); Luis Dante Sevilla (Arg.); José Acevedo Real (Ecuador); José Miguel Arroyo (JSG); Alfredo Armendi; Eduardo Estrada (UTE); Juan José Gómez (Arg.); Eduardo Latorre (JSG); Francisco Correa (Chuqui); Sebastián Di Girólamo (JSG); Gabriel Araya (JSG); Federico Beale García (AD LS) y Wilfredo Guzmán (ADS).-
Digamos también que estuvieron presentes delegados de Brasil y de Bolivia para observar los pormenores del torneo con vistas a aplicarlos en sus respectivos países. El delegado Boliviano declaró que le llamó la atención el que más que competencia fue de amistad y cariño entre los participantes y que los integrantes de su Club "Los Cóndores" de Cochabamba iban a venir quincenalmente a volar a Arica.


7. EN LA ASOCIACIÒN:
Se solicitaban fondos para desarrollar su programa de competencias que incluía:
1. El Campeonato de Arica. Era la primera fecha del ranking nacional.
2. El Campeonato de La Serena, segunda fecha del ranking nacional.
3. El campeonato Metroplitano. Para pilotos novicios y también avanzados con puntaje para su ranking nac.
4. Campeonato de Cross-country: Se realizaba una vez al año, para pilotos expertos quienes recorrían la mayor distancia y en el menor tiempo.
Campeonato Mundial de 1982.
Se solicitaban fondos, artos fondos, para un ambicioso proyecto:
US$ 20.000 Para equipar con equipos de radio y también motorizados a la Asociación de Taracapá (6 Clubes y 62 pilotos activos).
US$ 73.800 Para la ACHVL, incluía: equipos de puesta en marcha, gastos Asociación, Campeonatos, Personalidades Jurídicas, Centro de Vuelo Región Metropolitana. Esto era: US$ 45.000 para construir un camino a la cumbre en los cerros de Macul, pues el Paidahue, se había hecho impracticable porque donde estaba el aterrizaje, ahora habían rejas, se había urbanizado. Se hacían gestiones para comprar el terreno y además se esperaba llegara el verano para explorar exhaustivamente el sector antes de hacer inversiones, sino buscar otro lugar para establecer el Centro de Vuelos de Santiago y también incluía la compra de textos técnicos. Total US$ 93.800.

8. CAMPEONATO DE LA SERENA
Carlos Claussen, despues del viaje

9. LOS RECORDSDE CHARLIE
   Carlos Claussen,  logró también establecer una nueva marca en distancia , esta vez con un Comet.  Despegó y tomó altura de 2.250 mts. en el Paidahue, atravesando Santiago llegó al Cerro Manquehue donde encontró nuevas ascendentes que le permitieron continuar el vuelo y aterrizó en Colina a 27,5 Km. del despegue  La duración del vuelo fue de tres horas. También fue oficialmente reconocido por la ACHVL.
   Estos records, no estuvieron exentos de riesgos, Charlie estuvo una vez dos días tieso en una cama. Nos contó que: "Cuando iba a aterrizar me encuentro de repente con un tendido eléctrico, era tarde para virar, tampoco podía por abajo. Entonces intenté por arriba y apenas pasé, me quedé en stall y me fui de nariz". Típico, les pasó Sergio Stoker y otros más.
   Carlos Claussen , sin duda fue una verdadera locomotora en cuanto a hacer crecer el aladeltismo en nuestro país, ya que apasionado por el deporte, abandonó sus estudios , para dedicarse exclusivamente a las alas delta. Como Jefe de la Comisión técnica de la Asociancion Chilena de Vuelo Libre, viajó a EE UU en su representación a fin de adquirir los conocimientos para generar un proceso de certificación aplicable a  los instructores locales.-Siguió un curso y obtuvo la Certificación de la USHGA, voló en OWens Valley, estuvo en la fábrica Wills Wing , dió instrucción.  De esa manera a las Escuelas de vuelo, se les exigió instruir a los nuevos pilotos en conocimientos aerodinámicos, meteorología, equipamiento, primeros auxilios etc. Además, con estos conocimientos repotenció su propia escuela “Condor Andino”, con 4 alas KEA, construída por Graham Robinson,  dotándolas con  ruedas, equipándolas con radio etc. E introdujo como vendedor las famosas Comet I y II, de la UP (Ultraligth Products) muy superiores a las existentes en esa época.-


MIS EXPERIENCIAS CON LAS ALAS…
9. ADQUIRIENDO MAYOR FINURA
En esta etapa del aprendizaje me di cuenta que mi mente trabajaba durante la semana en que no volaba, pero sí recordaba a cada rato losa detalles de los vuelos anteriores, en el sentido que adquiría una mayor finura, lo que quedaba manifiesto al realizar el excelente primer vuelo de cada Sábado. También advertí que mis condiciones físicas habían mejorado. Había perdido varios kilos de peso. Estaba contento conmigo mismo y disfrutaba los vuelos.
A todos estos llevaba a mi mujer y a mis niños, éstos se deslizaban cerro abajo por medio de un cajón al que le puse dos patines, mientras que ella hacía amistad con las novias y señoras de mis nuevos compañeros y se entretenían. Llegábamos temprano al Club y debido a que la instrucción se daba más tarde, cuando el viento se debilitaba, nos íbamos a subir cerros y a mirar como Arturo y los otros “se la jugaban” en cada vuelo en una prueba de concentración, coraje y destreza. La Reina tiene un paisaje impresionante y veíamos a los hombres pájaros desaparecer muy arriba por encima de los cerros. En ese tiempo La Reina era nuestro principal centro de vuelos de Santiago, y a veces volaban simultáneamente hasta veinte alas. Al final del día nos contaban que habían llegado al Tres Puntas, El Abanico, El Cerro La Cruz y muy de vez en cuando alguien lo había hecho hasta el San Ramón (3.250 mts. de altura), que se les habían helado las manos, que las turbulencias, que el viento norte. Llegar a la cumbre del San Ramón era como el TOP, pocos lo lograban, había que hacerlo en el Atlas, lo mejor que tenía el Club y con cojones, pues las sacudidas eran fuertes.
Una vez subimos a pié por el camino hasta la cancha 7, cargando trabajosamente la guagua y con mi mujer embarazada. Desde allí saltaban “los grandes”, tomaba altura un rato y se alejaban hacia montañas más altas. La altura me impresionó y pensé: ¿Qué haré cuando me llegue el momento? ¿ Seré capaz de lanzarme o por el contrario me quedaré tieso?. En la cancha 7 conocí a la malograda Arianne Biedermann. Era una hermosa muchacha y estaba rodeada por muchos solícitos ayudantes al despegar. Lo hizo impecable y pronto se remontó por el aire, sin embargo parece que tuvo problemas con el aterrizaje, porque abajo la vimos llegar desde atrás de un cerro, lejos del aterrizaje normal, con su ala sobre el hombro, ayudada por un compañero. Otro día subimos hasta la cumbre, donde un monolito con una inscripción, recuerda a uno de los precursores del aladeltismo chileno, don José Vicente Arce Rodríguez. Indagué, era muy buen piloto, se destacaba en las pruebas de precisión y permanencia, además hacía cosas y siempre se destacaba, daba a show, llevaba a volar a sus perros. Gran organizador y líder, fundó el Club de Alas Delta Santiago, y fue Presidente de la ACHVL. Participó en el Campeonato Mundial de Kossen en l976. Pero infortunadamente, chocó en el aire con Juan Antonio Escobar, en Arica, su ala se dañó y murió por la fuerte caída.
El Seagull III había cumplido su cometido, y fue desechado por viejo. Fui el último que lo voló. Comencé a volar la Alondra B. Comprendí porqué, los pilotos que se accidentaban, volvían a hacerlo tan pronto como sanaban. El Don de3 volar, el sueño que el hombre tuvo desde la antigüedad, el de Icaro y Leonardo da Vinci, es un tesoro ganado a puro ñeque y las satisfacciones que produce son incomparables. El hombre y su ala forman un todo, es como su a uno le crecieran alas y sin ellas se siente incompleto. Yo era a estas alturas un pichón recién salido del nido y tenía un largo camino por delante: cada vuelo, una emoción nueva, un evidente progreso. Me iba soltando, volaba más relajado y lo disfrutaba.
Roberto Danitz, de la escuela “Cóndor Andino” me hizo un tandem (vuelo biplaza) antes de terminar la temporada y me enseñó prácticamente lo que es un stall y un giro en 360°. Dos años después me confesó: ¿Sabes una cosa Basilio? ¡Era mi primer tandem! (Si lo hubiera sabido antes, no hubiera habido tal tandem). Otra vez, en ese tiempo, munido de martillo, clavos y alambre, estaba reparando un destartalado sillón de mimbre dentro de la sede, cuando un golpe en el techo me hizo salir corriendo. Era ,Isabel Duk aterrizando mal, con una punta del ala golpeó la veleta y cayó violentamente más allá. Charlie Claussen, la previno que no se moviera, le preguntó si notaba huesos rotos, luego la levantó con cuidado y felizmente ello no pasó de un susto. Años después se casaron. Hicimos en Batuco una ceremonia a nuestro estilo: comenzó con un tandem matrimonial, una ceremonia con disfraces, improvisamos corbatas con pastos, y les regalamos lo que teníamos a mano. Fue muy original e inolvidable. Isabel nos deleitó muchas veces con vuelos de notable finura y aterrizajes impecables.
11.-PARA QUE NUNCA MAS ME OLVIDARA:
La próxima temporada comenzó con una desagradable sorpresa: La Reina, nuestro querido centro de vuelos, había sido parcelada y donde antes estaba nuestro campo de aterrizaje, había ahora rejas y alambrados. Nuestra pérgola había desaparecido. Nos quedaba para aterrizar una pequeña e inadecuada canchita de fútbol, toda despareja t con vientos cruzados. Después de varios accidentes, conseguimos otro lugar para volar en la Cuesta Barriga. Me cambiaron a otra ala más planeadora: el Kestrell B y en ella pasé no pocos sustos, era más dura para virar que camión de la II Guerra Mundial y no alcanzaba nunca a llegar a la cancha de aterrizaje distante varios Km. Tenía que volar hasta uno de emergencia, luego desarmar y caminar de 1 a 3 Km con el ala al hombro. Una vez llegué al Triángulo, un despejado muy chico y con pendiente que terminaba en una barranca. Pasé por encima de todo esto y terminé como regalo de navidad, colgado entre las ramas de un pino. En otra ocasión aterricé en medio de una manada de espantadas vacas. Otra vez caí en una zanja y me embarré hasta las orejas. También fui el último alumno del club que voló el viejo Kestrell, porque estando ya con mi ala armada, se acerca mi instructor Arturo, notó la tela podrida y se lo dijo a Charlie. El nuevo Presidente del Club, comprobó el estada de la tela, metió un dedo en un hoyito y el de otra mano en otro hoyito, tiró para ambos lados abriendo un tremendo boquete y al ver mi cara de estupor me dijo: “Peor si te hubiera ocurrido en el aire”. Me quedé sorprendido, desilusionado y por supuesto, sin volar que era lo peor. Tuve que aprender que este deporte es así y si las condiciones no se dan, hay que “enfriarse” y volver a casa. El aladeltismo tiene sus limitaciones: a veces no hay viento, otras veces está muy fuerte (a más de 30 Km por hora, mejor no intentarlo).- Otras veces me olvidé de traer el casco, las barbas de ala o algo no estaba como debía y tuve también que contentarme con mirar como volaban mis compañeros y darme de cabezazos contra el tronco de un árbol. Con el otro Kestrell que tenía el Club no me fue mejor. Al fin mis compañeros se apiadaron de mí y me hicieron lugar en un KEA 4M. Esta sí era un ala rica y por fin pude juntarme con “los grandes” en el aterrizaje final y compartir con ellos la conversación, un racimo de uvas, un poco de agua, sentados en rueda sobre el pasto. Ya era un piloto, eso creía yo hasta que llegó Isabel con la novedad de que mi despegue había sido pésimo, ya que una punta de ala rozó el pasto y además había olvidado tensar los cables laterales. Esto me costó un puntapié en el trasero aplicado por cada uno de los presentes. Era la regla: para que nunca más me olvidara.
12. AL FIN PILOTO ¿LO ERA?
Me gradué en Batuco, Charlie me guió por radio, volé una hora y media, hice giros en 360°, stall, picados, tomé altura, me alejé del cerro en diferentes direcciones y luego volvía a él a recuperar altura. Lo disfruté y abajo me felicitaron. A duras penas me salvé del tradicional bautismo, porque ese día me precedieron otros dos y en ellos gastaron toda el agua podrida y con guano que había.
Me llegó el carné de la Asociación Chilena de Vuelo Libre, clase “A”. Ahora podía volar donde quisiera, sin la mirada de m i instructor y por supuesto tenía que atenerme a todas las reglas de la Dirección General de Aeronáutica Civil y al Reglamento de Tráfico Aéreo. Entonces comenzó una etapa que fue peligrosa por exceso de confianza. Tenía una licencia, pero me faltaba la valiosa experiencia y pronto iba a experimentar en carne propia lo que significaba. Por ejemplo, dado que era pleno verano, había muchas corrientes ascendentes. Entonces tomaba gran altura para hacer frecuentes giros escarpados y stall cuando aún no tenía suficiente dominio sobre el ala. A consecuencia de ello una vez tuve una “falla humana” . Había volado unas dos horas en Batuco, hecho muchos giros, estaba mareado0 con ellos y embriagado con la incomparable libertad que sentía. Ya era hora de aterrizar, pero de “puro caliente” me volví al cerro una vez más a tomar altura a una hora tardía. No me di cuenta que el viento había cambiado de dirección y me olvidé de picar. Cuando giré para volverme, la poca velocidad y el viento de cola hicieron que el ala entrara en el tan temido stall a 10 mts. sobre la ladera y se enroscó en una violenta caída sin control. Atiné a echar “todo adelante” en el momento preciso y la suerte de que no tocara ninguna punta de ala en un obstáculo. Sólo le pegué un rodillazo a una roca. Una hora más tarde, rengueando con el ala al hombro bajando el cerro, me encontré con mis asustados familiares que venían al rescate. “No fue nada” les dije, pero mi rodilla al otro día estaba tiesa y llena de agua parecía una pelota. Unas semanas después me ocurrió otra “falla humana” entre nosotros otro “condoro”. Llegué muy temprano al despegue porque pretendía volar unas 3 o 4 horas, armé rápidamente mi ala e insistí en ser primero en lanzarme, cuando mis compañeros me aconsejaron esperar a que el viento bajara, pues estaba demasiado fuerte y turbulento a esa hora. Ocurrió que perdí el aplomo ante sacudidas tan fuertes en el despegue, la piqué demasiado, entré en un peligroso sobre control. No sabía que estas alas de tela suelta necesitan inflarse, para lo cual hay que volar lento. Por el contrario bajé zigzagueando velozmente. Faltaba lo peor y es que el viento abajo estaba igual que arriba: era demasiado temprano para buenas condiciones de aterrizaje. Este fue más bien un “aterrorizaje”. Muy asustado vi el piso acercarse rápidamente; el ala mal controlada se balanceaba, una racha de viento levantó un extremo, el otro bajó y tocó el suelo, un violento trompo y quedó el plumerío. Me hice un esguince en el hombro y los dos meses de convalecencia sin volar me convencieron de que me faltaba mucho para ser piloto. Lo primero era dominar mi temperamento imprudente y temerario. Arriesgando un poquito cada vez, iba a llegar más lejos... y entero.
Charli y Belli

13. CHARLIE:
No sería justo ni me lo perdonaría jamás, si olvidara destacar la extraordinaria labor que desarrolló Carlos Claussen junto a un grupo de desinteresados colaboradores, cuyos nombres no voy a dar para no caer en odiosas omisiones, pero fueron muchos los que dedicaron todo su tiempo, a veces durante una o dos semanas para preparar un evento. Charlie era el indiscutido líder de nuestro Club, nuestro presidente en esa época, proponía, organizaba, distribuía las tareas entre nosotros y luego las supervisaba. En cada festival, campeonato, curso de extensión o cualquier otra actividad, logró sacar de casa uno de nosotros lo mejor y los resultados fueron excelentes. Después de cada evento, había una reunión para analizar lo bueno y lo malo donde había que decirlo todo o “callar para siempre”.
En lo personal, diré que soy muy receptivo, por ello todo el mundo me da consejos; de éstos, selecciono lo que me sirve para aprender y en ese sentido es mucho lo que Charlie me dio y de primerísimo calidad. Sus certeros juicios, su crítica instructiva. De todo se daba cuenta, era superdetallista y nada se lo callaba. Lo llamaba siempre que estuviera a la mano para que me ayudara en la salida, fueron innumerables veces en que de un vistazo recorría el ala, captaba cualquier detalle en el ala y en el equipo, para corregirlo como aquella vez que observó mi paracaídas con el velcro mal ajustado y me dijo “Ojo con esto, porque si se te abre en vuelo, te vas cortado”.










1 comentario:

  1. Hola, yo lo conocí a José Antonio Acevedo. Él vivía con su familia junto a la casa de mis padres en Quito - Ecuador, en el sector de Altamira; yo era muy pequeño, tenía 8 años a finales de los 70’s. Lo recuerdo como una persona muy agradable y entretenida, con una gran barba y una sonrisa muy particular. Estaba obsesionado con el aladeltismo, tenía su camión lleno de stickers por todas partes (nos obsequió algunos). También lo vi volar muchas veces, la pista de aterrizaje estaba a menos de un kilómetro de donde vivíamos; era un piloto fenomenal. Despegaban desde una montaña que se llama El Pichincha y volaban frecuentemente todos los fines de semana. A inicios de los 80’s retornó a Chile y en poco tiempo supimos por las noticias que había fallecido en su intento de cruzar el Estrecho de Magallanes. Fue un momento muy triste de mi infancia. José Antonio es una leyenda del aladeltismo sudamericano y de mi parte, siempre será recordado como un gran ser humano.
    QEPD.
    Pablo Quintana R.

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