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miércoles, 14 de julio de 2010

ALADELTISMO CHILENO 1971 A 1974

1971/74 Pag.
Prólogo:
1. Carlos Alcalde, Padre del Aladeltismo Chileno 1 a 4
2. La Voluntad de Vencer 5 a 8
3. Doscientos Socios 9 a 11
4. El Club J.S.G. se agranda 12
5. Demostración en Puerto Montt 12
6. Primer Campeonato Nacional 13
CAPITULO I
(1971/1974)

 1. CARLOS ALCALDE LANGDON, PADRE DEL ALADELTISMO CHILENO
En Chile hubo un grupo de pioneros que a partir de 1971, fueron los primeros en hacer realidad la ancestral ilusión del hombre de volar como los pájaros, su labor fue encomiable, ejemplificadora para las generaciones futuras. El aladeltismo chileno surgió por la confluencia de tres corrientes de desarrollo de este deporte, dos de ellas se abocaron a fabricar en Chile un ala delta a partir de fotos y una tercera se unió con un ala importada de Estados Unidos.
Entre ellos se destaca la figura de Dn. Carlos, (QEPD), quien los aglutinó, con mucho amor y una entrega total, hizo nacer y crecer el aladeltismo chileno. Dn. Carlos, nació en Viña del Mar el 26 de Noviembre de 1930 y desde chico tuvo la idea de que podría volar con algún aparato de su invención. Contaba que a la edad de doce años y ayudado por su madre y un hermano hizo los primeros intentos con sábanas, dándose los primeros porrazos
Hacia1971 vio una foto de un air surfing Rogallo en la revista Mecánica Popular. Llamada así porque su inventor, Francis Rogallo, ingeniero de la NASA, había ideado en 1953 con fines militares un aerodeslizador para ser eyectado desde aviones en combate, reemplazando al paracaídas con la ventaja de poder alejarse de las líneas enemigas planeando con este aero-deslizador. Posteriormente y hacia 1969, los australianos Benett y Moyes, lo adaptaron a un fin deportivo, agregándole un trapecio y un arnés para colgarse y de este modo, el piloto podía guiar el ala a su antojo. En ese entonces la remontaban remolcándola con una lancha, luego se hizo desde la altura de una ladera o cumbre y así nació el aladeltismo como deporte el cual se expandió a todo el mundo. Dn. Carlos, de profesión profesor de música, dejó abandonado al piano, hizo de esto la pasión de su vida, la razón de vivir y en la bicicletería de Dn. Manuel Muñoz y en su casa de Gerona 3409, Ñuñoa, con foto en mano se abocó a fabricar su propia ala. Se le unió Dn. Waldo Ferreira quién aportó sus conocimientos de aerodinámica. Dieron forma y consistencia a una ala que llamaron Quiltro I, la cual estaba construida con tubos de bicicleta y blanca popelina (tela con la que se hacen los paraguas), unidos por cables de nylon. Subieron el artefacto (que pesaba tanto como el piano de Dn. Carlos) al Cerro La Gloria de Apoquindo y por más ensayos que hicieron con sus tubos de fierro, popelina y cables, no lograron más que pequeños saltos. Sin embargo Dn. Carlos insistía que el 21 de Mayo de 1973 hizo su primer vuelo dando un salto de 4 a 5 m. Y lo recordaba con evidente emoción, ya que arto trabajo, desvelos y sacrificios le había costado llegar hasta allí. No obstante, El Quiltro I, no volaba ni satisfacía a Dn. Carlos quién estaba urgido por volar. Entonces publicó un aviso en la revista Man Pato, con un dibujo y una sugerente invitación: "Arme su propio aerodeslizador por menos del precio de una bicicleta", aparecido en Enero de 1974. A su casa de Gerona acudieron los entusiastas, personas que tenían las mismas inquietudes, pronto se fundó el Club de Aerodeslizadores Juan Salvador Gaviota. Simultáneamente siguen los ensayos con El Quiltro, construyen una rampa de piedras con la que consiguen darse costalazo más grandes y en este punto se juntan con la otra corriente, la de Jorge Segretti, quien habiendo leído el mismo artículo en la Mecánica Popular y con la misma foto en mano se había fabricado un ala, pero de aluminio y con cables de acero. Con ella se fue a Iloca y allí una soleada tarde, despegó desde el costado de un elevado camino, tomó impulso, dio un salto y se estrelló un poco más abajo-cuenta - "Al lado de una casa - y sigue - Repuesto del primer porrazo, donde me magullé una pierna, hice inmediatamente un nuevo intento y esta vez pasé sobre la casa y al otro lado rompí toda el ala y me fracturé dos costillas". Reparada el ala y las costillas, acudió con ambas cosas al llamado de Dn. Carlos. Otro entusiasta, Wilfredo Guzmán, que seguramente traía el vuelo en la/// 1. 1. CARLOS ALCALDE ///sangre, pues su fecundo trabajo como fabricante de alas y ultralivianos de toda su vida lo atestiguan, se unió al grupo que se hizo numeroso. Entre ellos destacan Cristian Sáteler, Mario Lísperguer, Gabriel Araya, R. Santana. Juntaron voluntades, ideas, actitudes, habilidades, hacia un objetivo común: VOLAR.-Dn. Carlos aferrado a su blanco Quiltro I y Jorge con su celeste "Che" (lo llamaron así porque Jorge es argentino), ala que en adelante fue del Club, por ser más liviana y grande que la otra, llegó a deslizarse unos 40 m a ras del suelo, por supuesto que después de hacerle múltiples reformas, la más importante fue soltarle la tela con lo que al inflarse tomó perfil aerodinámico, correr la posición del trapecio etc.. Todos aportaban sus ideas y los fines de semana practicaban.
El Quiltro resultó más porfiado que su dueño, quién - entre tantas reformas - le puso cola de carpintero a la tela para que no se escapara el aire, con lo cual cambió su color a naranja, la tela se encogió, se hizo más rígida y aún más pesado. Finalmente y muy a su pesar, Dn. Carlos decidió dejarlo de lado.
Concentraron sus esfuerzos en "El Che" , el cual tuvo un avance importante cuando Cristián, por pura intuición, le dio gran carrera en el despegue, como se le acabó la suave pendiente y venía lo peor, intentaron tomarlo de las piernas pero se les escapó, éstos en vez de verlo caer hacia abajo, lo vieron planear hasta abajo. Después del susto se fueron todos felices a sus casas a sacarse las respectivas espinas y curarse los hematomas de ese día. El entusiasmo y la cantidad de gente iban en aumento.
Pero dejemos hasta aquí esta historia y adelantémonos con Dn. Carlos. Este, le dedicó tiempo completo al Club. fue su Presidente hasta 1976. Era incansable. Incluso más adelante y ya en La Reina se fue a vivir al Club y volaba todos los días. Era muy tenaz frente a las dificultades, contagiaba a todos el virus de su entusiasmo, dejó entre sus compañeros y seguidores profundas huellas, sobre todo por ser un ejemplo de abnegación, rectitud de conducta y amor al deporte. Contagió también a las Autoridades de la Aeronáutica y consiguió su apoyo para fabricar alas, para realizar campeonatos, para hacer desarrollar el aladeltismo, y de la prensa para difundir sus avances y las actividades que realizaban. Recorrió el País desde Arica hasta Coyhaique, reuniéndolos, y dándoles instrucción sobre el vuelo y cómo organizarse en Clubes. Voló mucho, batió records, dio instrucción y compitió.
Hacia 1979, un poco alejado del Club estaba experimentando con las moto-cometas, que eran la novedad y fundó el 21 de Mayo de 1979 el "Club San Carlos de Moto-cometas y vuelo libre" que funcionó en la Universidad Católica, junto a Roberto Peterli, Manuel González, los Hnos. Vera, Mario Valdivia, Jorge Deglanc, José Ignacio Amenábar y otros. Una larga enfermedad lo alejó de las alas que tanto amaba. A mediados de 1991, se lo podía ver en las inmediaciones de su casa de calle Los Molinos 8964, Vitacura, en animada conversación con los vecinos en compañía de su madre y su fiel perro Richtoffen. Vivía de su profesión, dando clases de piano y música. A los 60 años falleció repentinamente el 24 de Septiembre de 1991.
Con profunda emoción y evocando el recuerdo de su impactante personalidad he recorrido varias veces la cumbre del Cerro La Gloria donde deberíamos construir un monolito a su memoria y a la de los pioneros. Dn. Carlos me honró haciéndome depositario de la lista con los primeros 200 socios del Club Juan Salvador Gaviota, el Acta de Fundación se extravió. Me dejó sí el acta del Club de moto-cometas, los primeros manuales de vuelo, recortes de diarios. Sin duda muy pocos documentos para una obra tan grande.

2. LA VOLUNTAD DE VENCER
El Aladeltismo Chileno nació por la acción de Carlos Alcalde y sus compañeros del Club de Aerodeslizadores Juan Salvador Gaviota. Jorge Segretti, Wilfredo Guzmán, Cristián Sáteler, Mario Lísperguer, Gabriel Araya, Pedro Agliati, Waldo Ferreira, Sergio Meléndez etc., fabricantes e instructores, son recordados por sus alumnos con admiración y estima. Por quienes aún vuelan y los que de vez en cuando llegan hasta los lugares de vuelo para deleitarnos con el relato de aquellos gloriosos tiempos.
El Club J.S.G. se fundó a fines de Enero de 1974. No aparece el acta de Fundación. El abogado Patricio Cavada escribió sus estatutos. En Marzo el Cerro La Gloria de Apoquindo era el punto de reunión de una multitud de personas de todas las edades. Por una parte un grupo de pioneros del aladeltismo chileno unidos por el deseo de aprender a volar como pájaros. Disponían en ese momento de dos canchas y una rampa de despegue y como material de vuelo el celeste "Che" donado por Jorge Segretti. Se había logrado hacer sólo algunos deslizamientos a ras del suelo hasta elevaciones de 2 m y recorridos de hasta 80 m. ladera abajo. Por otra parte se daban cita una multitud de curiosos y los numerosos socios del club que esperaban a su vez turno para "sentir" el ala en sus manos y la sensación de sustentación que proporcionaba la posterior carrera. El público "abría calle" cada vez que uno de los principales actores hacía un nuevo intento.
Pronto Wilfredo y Jorge harían irrupción con sendos Rogallo Standard, alas que permitieron un sustantivo avance. "Nos cambió la película - comenta con emoción Mario - allí volé por primera vez, después de Wilfredo Guzmán, Cristián Sáteler y Roberto Peterli. Estas alas volaban mucho más que El Che y podían llegar mucho más abajo en la ladera. Por supuesto los porrazos eran más grandes, además había que esquivar árboles y autos... y a la noche terminar de sacarse las espinas." Eran los pioneros, ocupaban su tiempo escribiendo una página de gloria, haciendo lo más trascendente de sus vidas, dejando un ejemplo de inquebrantable voluntad de vencer y allanándonos el camino para que ahora contemos con una instrucción segura.
Hubo a su vez otra corriente que lo introdujo desde Farellones, encabezada por Eduardo Angulo. Este lo hizo de otra manera, con importadas de Estados Unidos. Estas corrientes de desarrollo del aladeltismo pronto se conocieron y complementaron. Eduardo se convirtió en el más popular, cuando el 7 de junio de 1974 se lanzó desde la Vía Roja en el Manquehue y voló más de 1.000 m., con un ala "Manta", hecha con tela dacrón y tubos de duraluminio. Declaró a un diario que lo que más le preocupó fue caer sobre cables eléctricos. En cambio aterrizó dentro del Colegio Saint George en medio de una ceremonia, siendo entusiasmadamente aplaudido por los alumnos y agriamente increpado por su Director. Posteriormente se asoció a Juan Carlos Domínguez y a mediados de Julio tenían en construcción tres alas similares. En esa temporada y en Farellones Hernán Briones Goie irrumpió con una moderna ala importada, causando sensación al despegar con esquíes y elevarse a 100 m. en un recorrido de 4 Km. La imaginación de los hombres pájaro volaba aún más alto, hay quienes pensaban en lanzarse desde la Torre Entel, mientras que Eduardo Angulo declaraba a un diario que " El record mundial de permanencia está en 8 hs., mientras que yo he volado 2 hs. Y a una altura de 1.000 m, Cada día aprendo más y espero en un futuro no muy lejano cruzar la Cordillera de Los Andes".

3. DOSCIENTOS SOCIOS
Mientras tanto la otra corriente, la de Carlos Alcalde, llevaba una febril actividad. Wilfredo se había convertido en el giro sin tornillos del Club, (El popular inventor de las historietas), con el “Wilky I” dio comienzo a la fabricación y venta de alas. Había instalado su taller en la mansarda de su casa de tres pisos en Eduardo Castillo Velasco, Ñuñoa. Los tres pisos de escaleras admiraban al visitante porque "Veíamos telas y tubos en todo el recorrido, que apenas se podía pasar". Estas alas tenían nombres populares tales como "El Ataúd" (blanca y negra), "El Ñato" (recortada por delante), "El Patito Feo" (amarilla y de cabeza redonda), "El Wilky" (gorrión), "El Kau Kau" (gaviota, ésta tenía alerones. Wilfredo era creativo y complaciente con los gustos del cliente. También construyó un "Gliser", para Roberto y con ella los nombrados y Cristián volaron 800 m.!! Las alas pesaban por término medio 14 Kg.
La explosiva expansión del deporte hizo que se buscaran otros lugares de vuelo, en La Gloria no se realizó ningún campeonato. En cambio en la Reina Alta y por mediación de Dn. Carlos se consiguió la cesión de unos terrenos frente al Cerro Paidahue. Hacia esta fecha (Agosto- Sept. De 1974) se había incorporado un fabricante de juguetes, muy entusiasta, muy empujador, muy deportista en ski, veleros y que siempre era espectáculo, él y sus perros boxer a quienes llevaría posteriormente a volar en su ala, su nombre Vicente Arce Rodríguez. fue puntal en el traslado y equipamiento de La Reina Alta, nueva sede del Club J.S.G. y posteriormente fundador de un nuevo club el Club de Alas Delta Santiago.
Ya en La Reina, el Club J.S.G. contó con más de 200 socios ¿Sus nombres?, Bueno, aquí están: Carlos Alcalde, Presidente, Cristián Sáteler Vicepresidente, Mario Lísperguer, Jorge Segretti Pacheco, Wilfredo
Guzmán González, Hernán Pérez, Patricio Cavada, Mario Frangiola, Manuel Vega, Manuel Gregorio Pardo Martínez, Guillermo Mier Roldán, Ricardo Carrera Tapia, Omar Lola, Alejandro Izquierdo, Juan Andrés Neely, Javier Matheu Casanueva, Jorge Cornejo, Waldo Ferreira Moyon, Ricardo Noerr, Hernán More4lli Phillips, José Miguel Muñoz, Liliana Muñoz Veas, Luis Felipe Amunátegui, Mitche Gozzard Bascuñán, Álvaro Martínez, Claudio Martínez, Guillermo Fellemberg, Cristián Madariaga, Marcelo Madariaga, Jorge Torres Martínez, Maximiliano Collado Mehench, Marcelo, Mauricio y Ramiro Koljis, Francisco Miglieri, Roberto Rodriguez, Arturo Vera Reyes, Alfredo Silva Villalón, Eduardo Pantaleón Salas, Enrique, Mónica y Teresa Cuevas Hernán, Rafael Pérez B., Claudio Azocar, Francisco Godoy, René Rubio Rojas, Denis Rubio Witto, Claudio Sánchez, Mario Contreras Riquelme, Alejandro Fuentes, Álvaro Varela, Zarko Bulat, Miguel cofre, Rodrigo Álvarez Gálvez, Nicolás Vidal, Carlos Holmgrem, Patricio Enríquez Cataldo, Jaime Cataldo Pergolesi, Roberto Lira Olmo, Miguel Díaz Vauga, Mario Carvallo, Miguel Ángel Gracia, Josefa Gracia, María G.S., Luis Vidal, Verónica y Boris Bisticovic, Hernán Escobar, Patricio San Martín, Jaime Bustamante Garrido, Mario Cruzat Navarro, Jorge Muñoz Cabrera, Fernando Vargas Munita, Pablo García Prieto, Jaime Cachón Cundra, Leandro Iturrieta, Alejandro Yachán, Hugo Rojas Jerez, Álvaro y Eduardo Rodriguez, garrido, Domingo Garrido, Mario Duarte Lamm, Juan Briceño Escobar, José Ibieta Otto, Carlos Miranda Díaz, Juan Velasco, Pedro Urrutia, Mario Vergara Taylor, Sergio Meirelles Úrsula, René Amparan Muñoz, Javier Herrera Benavente, Rolando Santana Olivares, Fernando Salinas Garay, Rafael Iturra Henríquez, Sergio Ávila, Rodrigo Mardones, Fernando Llaña Castro, Hernán Von
//// 3. Mayemberger, Javier Herrera Benavente, Julio Carrasco, Washington Rebolledo, Ricardo Williams Soto, Juan Williams s., Bartolomeo Away, Juan Lamp, Boris Quinger, Carlos Menéndez, Henry Casanueva, Cecilia Miranda, Alberto Yuri, Emilio Gacitúa, Sonia Carvajal, Jaime Astaburuaga, Pablo Ramírez, Horacio Necochea, John Thompson, Enrique Kaulen, Severino Arriagada, Roberto del Rió, María Echegaray, Emilio Carrasco, Renato Cifuentes, Trini Rebolledo, Charles Rebolledo, Carlos Pascal, Hernán del Puente, Juan Pérez-Cotapoz, Roberto Romero Sánchez, Toribio Garrido Ortúzar, Ramón Asturias, Roberto Muñoz, Juan Machuca, Roberto Río bueno, Sergio Donaso, Esteban Muñoz Aspillaga, Ricardo Aceituno, Estanislao Negandú, Roberto Campuzano, Mariano Condán, Mariano Latorre, Robustiano Rodriguez, Roberto Aspillaga, Renato Cifuentes, Jubiloso Adrfianada, Ernesto Vavamillo, Rodrigo Urzúa, Leonardo Mascano, Juan Córdova, César Rubio witto, Osvaldo González, Cuasimodo Maldonado, Sergio Alejandro Melo, Felipe Zavala, Jorge Fontaine Cox, Gustavo Montero, Álvaro Woferson, Julio Hernández, Cristián Espinosa Mórrison, Albert Hanel Rossel, Ester Galaburda, René Emparán Muñoz, Marfio Lorca Valdez, Luis González Pérez, Carmen Gloria Poblete, Antonio Marcos, Carlos Valdivieso, Roberto Peterli lira.

4. EL CLUB J.S.G. SE AGRANDA
Corría el mes de Octubre de 1974, el Club de Aerodeslizadores Juan Salvador Gaviota se había agrandado, contaba con más de 200 socios, entre ellos 4 niños, 4 mujeres y un abuelo de 57 años y además con 35 pilotos activos entre ellos 4 que eran., a su vez, de aviones Hawker-Hunter, había paracaidistas y volovelistas, todos explorando esta nueva manera de volar.
En La Reina, se había comenzado por desmontar y limpiar de piedras el cerrito que está ubicado enfrente de la actual cancha de fútbol y al que pusieron el nombre de “cancha de los tontos”, porque allí se iniciaban los nuevos. Wilfredo Guzmán y Vicente Arce muy unidos en esta etapa _Wilfredo lo describe así: "Todos trabajábamos a reventar cuerpos, cortando los árboles, arrastrándolos luego hacia abajo enganchados al Jeep de Vicente. Rodamos las piedras hacia abajo dejando la loma limpia. Luego se fuimos para arriba, preparando canchas de despegue y numerándolas a medida que tomaban altura, en esa etapa llegamos a tener 6 canchas” Posteriormente se alcanzó una séptima y de allí a la cumbre del Cerro Paidahue, el cual tenía 500 mts aprox. sobre la cancha de aterrizaje..”.
En cuanto al material de vuelo consistió en alas hechas en Chile, propiedad del Club y de particulares. La instrucción era impartida principalmente por Carlos Alcalde a quien secundaban muy eficientemente los juveniles Cristián Sáteler, Mario Lísperguer y Gabriel Araya. Estos sacrificaban sus estudios, tanta era la dedicación, el tiempo dedicado al Club y lo más ejemplificador, el amor que ponían en hacer crecer el naciente deporte. Compusieron un Manual de Instrucción. Los cursos duraban un mes y consistían en 4 hs. de aerodinámica dictados por los 4 aviadores militares mencionados, 4 hs. de introducción al “Air Surfing” y luego a la cancha de los tontos a efectuar primeros vuelos, donde se lograban vuelos de hasta dos mts. de altura y 60 m. de planeo. Para pasar a la cancha de despegue Nº 2, debían tener debajo de sus piernas, 40 planeos razonablemente aprobados. Ya en la cancha 3 aprendían a girar 90 grados y la 4 permitía giros de 180 grados, la 5 una vuelta completa y desde la 6 se lograba distancia (cross country). El valor de un curso era de 300 Escudos. Un ala delta Rogallo Standard nueva costa 1.200.000 Es.. Se admitían en el curso niños desde los 9 años hasta los 90.

5. DEMOSTRACIÓN EN PUERTO MONTT
Los fines de semana era una multitud la que se congregaba a ver a los hombres-pájaro. Todo Santiago estaba conmocionado. En esto tenía mucho que ver Don Carlos, quién tenía un entusiasmo muy contagioso y mucha llegada ante los medios de difusión y las Autoridades de todo tipo, a todos llegaba y de todos lograba colaboración. Así fue como el Comandante en Jefe de la FACH, Dn Gustavo Leigh había dispuesto apoyo en transporte aéreo, financiero, y donado material para fabricar alas delta; también estuvieron presentes la DIGEDER, la Dirección General de Aeronáutica, La I, Municipalidad de La Reina, todos querían participar. Que decir del periodismo y también hubo patrocinadores como la CCU quién regaló a Don Carlos un ala Merlín.
Se hizo una multitudinaria demostración en Puerto Montt. Los llevó la FACH en sus Twin Other y los alojó en casas de su personal. También viajó un grupo de la U.C. quienes hicieron sus gracias en moto-cross. Las alas del club fueron los ya nombrados Merlín de Dn. Carlos, “El Che” y “El Patito Feo”. Estuvieron tres días, con tiempo regular. Las actividades comenzaron a las 6 de la mañana con la subida al cerro, algunos montados en las motocicletas del Club U.C. Debieron turnarse para volar Dn Carlos, Cristián , Mario, Waldo, Gabriel, los ya nombrados y otros que iremos conociendo por las anécdotas. Por supuesto el primero fue Cristián quién ya se había acostumbrado a ser el primero, muy empeñoso y además muy habiloso y disciplinado. Buen vuelo y pasó limpiamente por sobre unos fatídicos cables eléctricos que atravesaban la calle donde más adelante aterrizó impecable. Bordeaban la calle la multitud (todo el pueblo), quienes lo vitorearon. Pero no fue todo color de rosa. –Waldo narró- “Yo piloteaba el patito feo, venía muy bajo, Mario me gritó “Pasa por abajo”- y yo le contesté “¿no vís que traigo viento de cola, huevón? “- me tuve que desviar y pasando por arriba de la gente fui a dar en un charco de agua podrida. Esa misma noche en una cena-homenaje, hablaron las Autoridades, Dn Carlos y no faltó quién me hiciera hablar a mí “Que hable el de los garabatos” – dijo.
Los vuelos continuaron en La Reina. Hubo muchos porrazos, uno que otro hueso quebrado, que no arredraban a estos valientes, quienes asiduamente tomaban las alas, apenas se reponían . Pero andando el tiempo un amargo trago esperaba a nuestros esforzados deportistas: el primer accidente fatal. Fernando Berona, era un alumno adelantado, muy robusto para la pequeña ala que tenía. Ya Cristián le había advertido a Dn. Carlos y no lo iban a dejar volar más porque sus planeos eran cortos y terminaban en crash, además tenía problemas cardíacos y después se supo que un tumor cerebral. Nadie se esperaba que ocurriera una cosa así. El día fatal, Fernando había efectuado varios vuelos desde la cancha 5. Eran las 13:30 hs. cuando –Waldo relató – “venía volando delante de mí y a unos 100 mts. de altura, cuando comenzó a entrar en pérdida, sin control en sucesivos picados, derrapes y una fuerte caída lateral, dando con la cabeza en el pasto. Falleció días después “–y finalizó con estas palabras – “no volé más”. Un pesado silencio se hizo entre nosotros y un manto de desaliento me envolvió por varios días. Lógicamente, después de presenciar un accidente fatal, algunos compañeros se retiran y no vuelven más. En la gran mayoría esto se supera, prima el amor al deporte y una multitud de sentimientos que trataré de explicar en otro artículo, pues a mí me han tocado muy de cerca varios accidentes graves y otros fatales. ///
/// 5. El aladeltismo creció y voló a las playas, se voló en Llo Lleo, en Reñaca, Con Cón, Santo Domingo, Mirasol, y en infinidad de lugares. El viento de playa es muy constante, sin turbulencias, se disfrutan los vuelos. Así fue como se superaban continuamente las marcas, los records. Wilfredo voló en Laguna Verde durante 6 minutos, 15 seg. Como prueba para dos alas que vendió en Viña del Mar, fue Record Chileno!!! y además de distancia, recorrió 3 Km..

6. PRIMER CAMPEONATO NACIONAL
Los días 8 y 9 de Noviembre de 1974 se realizó en La Reina el “Primer Campeonato Nacional Fernando Berona”• Era tanta la cantidad de público, que se llenaron las calles de acceso con autos estacionados hasta en La Reina Baja. Lo ganó Cristián Sáteler y el trofeo donado por Joyería Scanio consistió en una hermosa réplica en plata de un ala delta con su piloto. Crístian lamenta su pérdida en ocasión del accidente que sufrió Vicente Arce, años después. Volvamos al Campeonato, La prueba consistió en aterrizajes de precisión (había un blanco pintado en el suelo), además de permanencia y de distancia.
Wilfredo ya estaba armando dos alas Seagull III, esta ala era la gran esperanza, pues en Estados Unidos había adquirido una merecida fama. Para mostrar lo que pasó en Chile nada mejor que el siguiente relato de Crístian Sáteler: “Mario Lísperguer y yo, estábamos armando nuestros Rogallo Std. En la cancha 5. En eso aparece Wilfredo Guzmán a la carrera a probar el Seagull III que recién terminaba de fabricar (W. G. Siempre las probaba desde la cumbre) Picados por la curiosidad, dejamos botados a nuestros Rogallo y ayudamos a transportar el ala por la senda, luego a armarla rápidamente y a despegar. Cuando lo vimos alejarse volando y no caer, nos miramos las caras incrédulos, no bajaba, estábamos estupefactos y para mayor alegría, dio la vuelta y se remontó pasando a 20 mts. por sobre nuestras cabezas. Nunca habíamos visto un ala remontarse, no podíamos creerlo. Un grito atronador salió de nuestros pechos”. Es fácil imaginar cuanta emoción había en esos “vivas”. Una alegría indescriptible. Después de tantos desvelos, sacrificios y ensayos, allí estaba la meta: VOLAR COMO PAJAROS. El accionar constante y con fe los había llevado finalmente al triunfo!!!. Ahora sí podían volar, remontarse alas alturas, explorar el cielo, jugar con el viento, descubrir y aprovechar la energía de las térmicas para subir y alejarse a grandes distancias. La acción de esos hombres fue ejemplificadora, hizo aflorar una vez más, desde lo más profundo, la esencia de la Raza Chilena, ésa que tantas páginas de gloria ha escrito en nuestra historia. ¿Cómo podríamos olvidarla? ¿Nos muestra o no el camino para alcanzar cualquier meta que nos propongamos?, por supuesto que sí. Vayamos entonces por la vida, siempre adelante, fijándonos metas ojalá casi imposibles y demostrémonos a nosotros mismos que somos capaces de hacerlas totalmente posibles.

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